Carne salada con chaya: Sabor típico y tradicional de Tabasco
La preparación inicia con carne de res o cerdo que se somete a un proceso de salado y secado al sol.
En el corazón de Tabasco, entre aromas de leña y sazones heredadas de generación en generación, la carne salada con chaya se mantiene como uno de los platillos más representativos de la cocina tradicional tabasqueña. Este guiso, de sabor intenso y raíces profundas, combina lo mejor de la tierra y del campo en una receta que refleja la identidad culinaria del estado.
La preparación inicia con carne de res o cerdo que se somete a un proceso de salado y secado al sol, lo que permite conservarla por más tiempo sin perder su textura firme ni su sabor. Una vez lista, se cocina a fuego lento con hojas de chaya, una planta nutritiva y emblemática del sureste mexicano, conocida por su alto contenido de hierro, calcio y proteínas. El resultado es un platillo de aroma inconfundible y gusto profundo, que suele acompañarse con arroz, frijoles colados o plátano macho frito.
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En municipios como Centla, Jalpa de Méndez y Nacajuca, la carne salada con chaya es protagonista de festividades locales y encuentros familiares. Las cocineras tradicionales aseguran que su secreto está en la paciencia y en el punto exacto de sal, pues el equilibrio entre lo salado de la carne y el frescor verde de la chaya define el éxito del platillo.
Más allá de su sabor, la carne salada con chaya representa un símbolo de la resistencia cultural de Tabasco frente al paso del tiempo. Su presencia en los mercados, ferias y mesas tabasqueñas es una muestra de cómo la gastronomía sigue siendo un puente entre las raíces mayas-chontales y la vida moderna. Degustarla es viajar a los sabores más auténticos del edén tabasqueño, donde cada bocado guarda la historia viva del sureste mexicano.
