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Padres: importantes en la crianza

En una banca de la calle Juárez, Alfredo Ramírez Romero, sostiene en sus brazos a su segundo hijo Alex.
De forma cuidadosa lo abraza, en medio de un arrebato de llanto y logra calmarlo, pues ya tiene práctica en el cuidado del pequeño.
Para el joven, oriundo del pueblo mágico de Frontera en el municipio de Centla, no es un problema hacerse cargo del bebé, e incluso, tiene seis años de práctica, pues es la edad de su primera hija Romina, a quien también ha cuidado desde recién nacida.
Ante las miradas de quienes pasan por el lugar y observan que él solo se hace cargo del bebé, el joven comenta que ser papá es el mejor regalo que le ha dado la vida.
“Es una felicidad para los padres tener un bebé”, añade, para luego compartir que las largas jornadas de trabajo como pescador, no han sido impedimento para ser parte de la crianza de su hija y su pequeño Alex.


El tiempo -comenta- hay que saber administrarlo para compartir con los hijos buenos momentos y los guarden como recuerdo. Por ello, desde que se convirtió en padre, ha procurado estar presente en la vida de Romina y Alex; sobre todo, apoyar en sus cuidados, pues en el hogar, no toda la responsabilidad debe quedar en manos de las mujeres.
Alfredo continúa la charla; en su mano izquierda sostiene el zapato que minutos antes se le había caído al bebé. Lo mira y afirma: de esto se trata ser papá, de sostener, el hogar y a los hijos… y sonríe.
A pregunta expresa, refiere que la estabilidad económica es un tema importante, y es tal vez, lo único que le preocupa, ya que quiere para sus hijos, un futuro muy distinto al suyo.
“Lo más complicado de ser papá es cuando va a nacer y se está en el hospital esperando que todo salga bien. Económicamente se hacen esfuerzos, para dar algo mejor a la familia y que los hijos puedan superarse”, agrega.


Aunque no se avergüenza de su trabajo como pescador, asegura que busca darle lo mejor a sus pequeños, para que tengan mejores oportunidades cuando crezcan y no continúen en esta actividad que en su familia, ha pasado de generación en generación.
¿Por qué estaba solo con el bebé en la banca de la calle Juárez? Se le pregunta. Su respuesta fue simple: ayudo a mi esposa, que debe hacer unas diligencias.
Pero el respaldo va más allá de hacerse cargo del bebé, expresa. También en casa se une a las labores domésticas, pues insiste, ya no son tiempos para dejar toda la responsabilidad del hogar a las mujeres.
“La paternidad es una gran felicidad y ahora estoy más feliz”, reitera, para luego abundar que, aunque llevar el sustento al hogar no es fácil y las necesidades son muchas, los momentos disfrutados valen el esfuerzo diario.

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