Al menos desde el 16 de mayo de 2024, se registró la mortalidad masiva de monos saraguatos en el sureste mexicano, particularmente en Tabasco y Chiapas, y según información de la Asociación Civil Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta (COBIUS A. C.), al menos 138 individuos han muerto hasta la fecha, lo cual es particularmente grave al ser una especie en peligro de extinción.
“Es posible que las muertes se deban a las altas temperaturas en conjunto con el estiaje y condiciones de degradación del hábitat que dificultan el acceso a fuentes de agua, aunque no se puede descartar aún que la causa sea algún patógeno”, subrayó.
Además de los monos muertos, se han encontrado individuos vivos en el suelo con signos de golpes de calor y deshidratación, que requieren de atención.
La sociedad civil se ha movilizado de diversas formas para tratar de atender a los monos, pero esta situación de emergencia requiere de esfuerzos coordinados e información para que las acciones tengan la mayor probabilidad de apoyar eficazmente a las poblaciones a reponerse.
Un centenar de centros de investigación, universidades y científicos relacionados con el medio ambiente, efectuaron un llamado urgente a actuar a las autoridades de la Dirección General de Vida Silvestre, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), SEMARNAT Tabasco y SEMARNAT Chiapas, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), oficinas de representación en Tabasco y Chiapas, así como al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria.
Se requiere emprender un programa integral de atención a los monos saraguatos afectados por la crisis climática, puntualizó el investigador y especialista en primates Gilberto Pozo Montuy, presidente de la Asociación Civil Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta (COBIUS A. C.).
Recomendó incluir acciones serias de conservación preventiva para proteger esta especie en peligro de extinción, que incluiría una agresiva campaña contra las quemas e intensa reforestación, capacitación de los agricultores, una reducción total de uso del fuego en esta época.
“Se debe diseñar un programa de trabajo que no sea sólo simulación”. Un programa serio de conservación preventiva para proteger esta especie en peligro de extinción.
Pozo Montuy explicó que la organización no gubernamental que preside estableció dos módulos, Comalcalco y Cunduacán, con médicos especialistas en primates, para atender a los monos saraguatos que resultaron afectados, entre los que se encuentran cinco bebés lactantes.
El Doctor en Ciencias por el Instituto de Neuro etología, Maestro en Ciencias en Manejo de Fauna Silvestre y Biólogo recomendó a la población que haya encontrado monos infantes a entregarlo a los especialistas y no quedarse con ellos como mascotas, pues sería una agresión contra esa especie en riesgo de extinguirse.
El investigador y académico afirmó que nunca se había registrado un evento de tal magnitud que afectara a los monos saraguatos, especímenes muy sensibles al fenómeno ambiental que se registró, donde respiraron humo, altas temperaturas, destrucción de su hábitat por incendios, falta de alimento y agua.
Las zonas de vegetación donde vivían los primates están degradada y fragmentada, en síntesis un desequilibrio total del ecosistema, con una deplorable calidad del aire, mayor a la registrada en la Ciudad de México, y aconsejó trabajar con las comunidades otorgando incentivos para cuidar esta especie.
El también presidente de la ONG Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta (COBIUS) AC, con18 años de experiencia en estudios sobre ecología, comportamiento y conservación de fauna silvestre con énfasis en primates, explicó que ahora lo que sigue con los saraguatos rescatados es un programa de rehabilitación, proporcionarle dieta silvestre, con comportamiento natural y calidad de vida en cautiverio, luego una preliberación y finalmente liberarlos en zonas apropiadas.
Pozo Montuy destacó la importancia y el papel que tienen los saraguatos en los ecosistemas selváticos, como selvas tropicales y bosques secos, ya que son dispersadores de semillas de frutos que consumen.
La conservación de los monos saraguatos es esencial por los múltiples servicios ecológicos que proporcionan, vital para la salud y el funcionamiento de los ecosistemas.
Explicó que algunas semillas necesitan pasar por el jugo gástrico de los monos para que germinen más rápido las plantas o de lo contrario es más lento ese proceso de restauración de la vegetación, “son los jardineros de la selva”, afirmó.
Dispersan las semillas a través de sus heces en diferentes partes del bosque, contribuyendo a la regeneración y mantenimiento de la diversidad vegetal, proceso fundamental para la dinámica y salud del ecosistema forestal.
Al alimentarse de hojas, flores y frutos, los saraguatos ayudan a controlar el crecimiento de la vegetación, lo que puede influir en la estructura del bosque. Su dieta folívora y frugívora ayuda a mantener un equilibrio entre las distintas especies de plantas.
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También son parte de la cadena alimenticia y sirven de presa para varios depredadores, como jaguares y aves rapaces. Su presencia ayuda a mantener el equilibrio poblacional de estos depredadores, los cuales dependen de ellos para su alimentación.
