
La gastronomía de Tayikistán, una joya culinaria de Asia Central, esconde un tesoro: el Osh. Este platillo, que es considerado el estofado nacional, es mucho más que una comida. Es un símbolo de la identidad de Tayikistán, un platillo que se ha transmitido de generación en generación y que es un pilar de la historia y la cultura del país.

El origen de Osh: Un tesoro de la Ruta de la Seda
El origen del Osh, un estofado de arroz, carne y vegetales, se remonta a la época de la Ruta de la Seda, cuando era un platillo esencial para los comerciantes y viajeros que cruzaban el vasto territorio de Asia Central. El plato, que se prepara con ingredientes como arroz, carne de cordero o res, zanahorias y cebollas, es un reflejo de la historia del país, un legado de la fusión de culturas que se dio en la región.
El ritual de la cocina: Un platillo para compartir
En Tayikistán, el Osh es un platillo para compartir. El estofado se prepara en un kazán
, un caldero de hierro fundido, en un ritual que se ha transmitido de generación en generación. La preparación, que requiere de tiempo y paciencia, es un momento para que las familias se reúnan, compartan historias y fortalezcan sus lazos. El Osh es, en esencia, un símbolo de la hospitalidad y la unidad de los tayikos.
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La receta del Osh, paso a paso
Ingredientes:
- 500 g de carne de cordero o res, en cubos
- 2 tazas de arroz
- 3 cebollas, en rodajas
- 4 zanahorias grandes, en julianas
- 1 cabeza de ajo
- 100 ml de aceite
- Comino, sal y pimienta al gusto
Instrucciones:
- En un caldero, calienta el aceite y dora la carne.
- Agrega la cebolla y sofríela hasta que se dore.
- Agrega las zanahorias y cocina por 10 minutos más.
- Agrega los condimentos y el arroz.
- Cúbrelo con agua y la cabeza de ajo.
- Cocina a fuego lento por 40 minutos o hasta que el arroz esté cocido.
- Sirve el Osh caliente y disfrútalo con tu familia.
Un platillo que une a un país
El Osh es más que un plato. Es un símbolo de Tayikistán, un platillo que se come en las celebraciones familiares y en las fiestas patrias. Su sabor y su historia son parte de la identidad de los tayikos, y es un recordatorio de que la cocina es una forma de mantener vivas las tradiciones y de celebrar la historia.