
De los aparatos electrónicos a la marihuana y otras drogas, la niñez en Tabasco es vulnerable a las adicciones, luego de enfrentar dificultades durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, señaló el presidente del Instituto de la Familia, Pedro Becerra Félix.
Mencionó que con el “Quédate en casa” llegaron situaciones de estrés, depresión y otros trastornos de salud mental en los menores, quienes dejaron de socializar con compañeros de clases y comenzaron una nueva etapa de interacción a través de la pantalla de un celular o computadora.
El uso frecuente de la tecnología -dijo- es el primer contacto con las adicciones y poco a poco, la situación puede tornarse de mayor riesgo, con el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas y otras drogas.
“Cuando los chicos dejaron de socializar y empezaron a depender de objetos electrónicos, esto genera una especie de adicción y cuando entras en una, es más fácil caer en otra, cuando lo que deseas es sentir placer”, advirtió.
El psicólogo de profesión, indicó que la niñez, pubertad y adolescencia son una etapa comúnmente difícil, no obstante, con la pandemia se incrementaron los problemas, debido al encierro y la necesidad de una “acreditación social” a través de las redes sociales.
“La dependencia de los niños aumenta al usar objetos electrónicos para sentirse validados, aceptados. El celular les da información, pero también validación, en juegos les da nivel y afiliación objetal. Es más importante el objeto que un ser humano como tal, esto fue una secuela del COVID-19 porque durante dos años, tuvieron que usar los aparatos electrónicos para aprender y enlazarse con sus compañeros, pero se negó la convivencia social, se vinieron abajo sus roles sociales”, enmarcó.
Becerra Félix agregó que, tras la adicción a la tecnología, los menores son vulnerables al uso de estupefacientes. Pueden iniciar -refirió- con cigarros o bebidas alcohólicas, si en el hogar los padres u otros familiares, son consumidores, y de ahí, avanzan hacia sustancias más dañinas.
“Después del tabaco o alcohol que son de inicio, siguen con marihuana y de ahí, la variedad de drogas más fuertes y más peligrosas. La edad, siempre va a ser donde necesitan la acreditación social, de 12 a 18 años. No significa que antes no empiecen a consumir, es una edad muy fuerte, muy poderosa, que tienen que ver con socialización de la droga. Los niños están necesitados de afectos”, resaltó.
El presidente del Instituto de la Familia insistió en que es necesaria la protección de las nuevas generaciones, desde el hogar. Los padres de familia tienen la principal responsabilidad de brindar un entorno seguro a sus hijos, a fin de evitar que, en busca de validación, los menores caigan en las “garras de las drogas”.
“En Tabasco no empiezan con las drogas duras, pero ese es el camino, en Tabasco inician con el tabaco y el alcohol que es la principal droga a la que tienen acceso y terminan en la búsqueda de nuevos tóxicos. Por cuestiones biológicas, cada sustancia tiene cierta tolerancia y cuando el cuerpo se hace más tolerante, se necesita cada vez más sustancias para tener efectos placenteros y esto genera el aumento al consumo”, concluyó.