Fe Inquebrantable Bajo el Sol Tabasqueño.
Miles Acompañan la Solemne Procesión de Cristo en Villahermosa

En un palpable despliegue de fe y devoción, miles de integrantes de la comunidad católica de Tabasco respondieron al fervoroso llamado del sacerdocio de la Catedral, uniéndose en una sentida procesión en honor a Cristo Jesús.
A pesar de los intensos 33 grados centígrados que envolvían la planicie tabasqueña, la calidez del sol no logró menguar el espíritu de los fieles, quienes, con gorras y paraguas como escudos contra los incandescentes rayos, recorrieron con fervor las calles de Villahermosa.










Desde tempranas horas de la mañana, los alrededores del recinto catedralicio se vieron colmados de familias, jóvenes y adultos mayores, todos convergiendo con un mismo propósito: acompañar espiritualmente a la imagen de Cristo en su recorrido.
La atmósfera se impregnaba de cánticos y oraciones, mientras los asistentes se preparaban para iniciar la caminata por las diversas arterias de la ciudad que albergarían las estaciones de la procesión.
Con profunda reverencia, los feligreses portaban diversas imágenes sagradas, verdaderas joyas de la fe familiar, que eran custodiadas con esmero y transmitidas de generación en generación.
Cada imagen representaba una conexión personal y ancestral con la tradición religiosa, añadiendo una capa de emotividad y significado a la manifestación colectiva.
La procesión se convirtió en un testimonio vivo de la profunda raigambre católica en la región. A lo largo del trayecto, los participantes realizaron paradas significativas en las distintas estaciones previamente establecidas, donde se llevaron a cabo lecturas bíblicas, reflexiones y oraciones alusivas a los momentos cruciales de la pasión de Cristo.
Estos espacios de recogimiento permitieron a los presentes meditar sobre el sacrificio y el amor redentor de Jesús, fortaleciendo su compromiso espiritual.
Un elemento destacable de esta jornada de fe fue la activa participación de los integrantes del Seminario Mayor, quienes se sumaron a la procesión, acompañando al clero y compartiendo su vocación con la comunidad.
Su presencia simbolizó la continuidad de la fe y la esperanza en las futuras generaciones de líderes religiosos.
La procesión culminó nuevamente en la Catedral, donde se ofreció una emotiva ceremonia religiosa para agradecer la participación y renovar el compromiso de la comunidad con los valores cristianos. El fervor y la unidad demostrada por los católicos tabasqueños, desafiando las altas temperaturas, reafirmaron la centralidad de la fe en sus vidas y su disposición a manifestarla públicamente.