
- Cuarenta parejas participaron en el enlace organizado por el Ayuntamiento presidido por Ovidio Peralta; los contrayentes bailaron, gozaron y partieron el pastel en el Parque Central
Tremendo “pachangón” se vivió la tarde de este viernes en el Parque Central de Comalcalco, cuando 40 parejas participaron en la boda colectiva organizada por el Ayuntamiento presidido por Ovidio Peralta Suárez.
Al ritmo de la música de la Marimba Orquesta La Flor del Cacao, de la Casa de la Cultura, los 80 contrayentes exclamaron el “sí, acepto” en una emotiva ceremonia encabezada por el alcalde.
Los novios, radiantes de felicidad, compartieron ese especial momento con sus seres queridos, quienes los acompañaron en este importante paso en sus vidas, mientras que el Ayuntamiento de Comalcalco se lució con los regalos.
Los obsequios fueron enseres de línea blanca, como climas, refrigeradores, ventiladores, muebles, comedores, televisores de pantalla plana, cafeteras y planchas. Un gesto generoso que llenó de alegría a los recién casados.
El alcalde Ovidio Peralta fue el encargado de brindar por la felicidad y el futuro de las parejas, a quienes exhortó a ser buen ejemplo para sus hijos, así como a privilegiar la confianza, comprensión y el diálogo en su matrimonio.
Asimismo, les recalcó la importancia de inculcar a sus hijos los valores de la educación y el trabajo. Un mensaje que resonó en el corazón de los novios y sus familias, a quienes ya les “picaban” los pies por irse a bailar.
Ovidio Peralta también les recordó que Comalcalco será su hogar y que es importante trabajar fuerte por el futuro de sus familias, ser buenos ciudadanos y hacer comunidad para también ser buenos vecinos.
A las 17:18 horas quedaron formalmente casadas las 40 felices parejas por la Juez Georgina Alejandro Olvera, y enseguida vino el tradicional baile de “La Cola” en el que también participaron las titulares de las diversas direcciones del Ayuntamiento.
Y los caballeros no se quedaron atrás, pues, aunque con algo de pena, también bailaron al son de “El Mandilón”, entre risas y porras, para que sacaran sus mejores pasos de baile, entre ellos, los llamados prohibidos.
Fue una tarde espléndida en la que también fue partido un enorme pastel de bodas, y mientras los contrayentes recibieron sus actas gratuitas, la música resonó en todo el centro de Comalcalco, atrayendo a más de un curioso que pasaba por el lugar.