Gobierno del Pueblo cumple sin tanto discurso, afirman familias jonutecas de José María Pino Suárez
A sus 71 años, el mundo de doña Trini ha cambiado bastante: siendo niña, la población donde nació, pasó de llamarse San Pedro, como el santo patrón de la parroquia, a José María Pino Suárez. Aunque la gente se enojó mucho hasta el sol de hoy, quedó así porque los gobiernos eran insensibles.
Sin embargo, afirma, desde que llegó Javier May y trajo los programas sociales, las cosas cambiaron.
De pie frente a su casa, esperando que inicien las Jornadas de Atención, doña Trini recuerda que otros gobernadores nada más vinieron a dar sus discursos a Pino Suárez y no hicieron nada por la comunidad. “Pero el Gobierno del Pueblo es otra cosa para los que menos tienen, con esta caravana ya no tenemos que salir a otro lado para recibir los apoyos, ahorrándonos 60 kilómetros de viaje a la cabecera municipal y 140 de pasaje, ida y vuelta˝, expuso la mujer.
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En este poblado, a unos 162 kilómetros de la capital del estado, un grupo de mujeres bajan de unos cayucos a orillas del río San Pedro. El viaje de varias horas por la corriente más al oriente de Tabasco es pesado, pero no paran de reír. En horas tomarán un auto para viajar ahora por carretera a la cabecera. La felicidad es entendible: recibirán certificados que garantizan una vivienda digna en sus comunidades.
Entre las jefas de familia se encuentra doña Isabel del Carmen García García, doña Melva Hernández y doña Deyanira Hernández Gómez, provenientes del Chochal.
Doña Chabelita cuenta que, junto con cinco miembros de su familia, jamás olvidarán este día. “Nunca imaginé que sería posible una casita digna», señala con voz entrecortada. Doña ‘Deya’ comparte el olvido en que estaban las comunidades de Hidalgo y Tamarindo y los Chochales, de donde proviene. «Nunca nos habían tomado en cuenta”, reveló.
Después de 16 años de vivir juntos y con dos hijos de por medio, la pareja formada por Martha Ordóñez y Gabriel Potenciano dieron por fin el paso, gracias a Julia Ordóñez, hermana de la novia. Ella estuvo en la Jornada de Atención efectuada en Monte Grande, Macuspana, y aconsejó a su hermana María que estuviera atenta cuando la caravana llegara a territorio jonuteco.
“Vi que se daban las bodas gratis y sin tanto papeleo, porque si te casas en el Registro Civil, aparte de ir a la cabecera municipal tienes que pagar hasta por la apertura del libro del registro. Este Gobierno sí ve y atiende las necesidades del pueblo, no en discursos sino con hechos como éste”, relató doña Julia.
Su cuñado Gabriel también obtuvo una silla de ruedas para su anciana madre. El recién casado contó que May Rodríguez pasó hace tiempo por su poblado y vio a su anciana madre postrada. “Ahora en Pino Suárez cumplió su palabra”, agregó.
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