Después de presentarse con las composiciones de su autoría “Vago” y “Como en feria”, el jazzista internacional Héctor Infanzón llevó a los asistentes que salieron de todos los puntos cardinales de la ciudad de Villahermosa a congregarse en el Foro Popular “Vive el Sureste” del XVII Festival Ceiba y recorrer las calles que guarda la memoria a través del jazz.
“Caminar la vida a través de la música”, propuso para trazar el recorrido de su “Concierto Atemporal”, el tiempo que presentaba con mucho orgullo a quienes lo han acompañado en sus presentaciones por todo el mundo: el baterista Enrique Nativitas y el bajista Iván Barrera.
“Con ellos he compartido la amistad y experiencias bellísimas”, reconoció ante los melómanos chocos que todavía recuerdan las dos presentaciones anteriores de Infazón a lo largo de más de dos décadas en tierra tropical.
Si en un cuento clásico de los Hermanos Grimm, el personaje principal en una de sus aventuras va dejando moronas de pan con el propósito de no perderse y poder volver a casa, el gran pianista, arreglista y compositor mexicano traza un itinerario por los lugares que conoció, desde su amado barrio de Regina, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
“Tuve el privilegio de nacer en la calle de Regina, he visto cómo se ha transformado con el paso del tiempo que se queda uno mejor con el barrio y las personas que conoció; yo compuse este danzón nostálgico a esa ciudad pasada y sus bellas personas que la acompañaron”, contó en tono melancólico.
La siguiente parada fue “La botica de don Carlos”, que explicó Infanzón, era el lugar donde su padre recibía a sus amigos para invitarles a tomar unos brebajes medicinales que lo curaban todo.
De México, Infanzón y sus cómplices jazzistas aterrizaron en Turquía, un país que el grupo visitó poco antes de la pandemia y donde ocurrió el milagro esperado de que grabara tres discos de igual número de sendos conciertos.
Los asistentes siguieron una composición que era una síntesis de esa fusión de culturas. La prueba de ese viaje musical y el regreso de los asistentes, que como el Heráclito, ya no eran los mismos luego de surdir del gran “Concierto Atemporal”, otra vez, de nuevo por Héctor Infanzón, fue que el público terminó de pie y aplaudiendo.
Entre esos melómanos estaban reconocidos interpretes de la música tabasqueña y hasta invitados del Festival Cultural Ceiba. El músico e intérprete Carlos Valencia calificó el concierto “de primer nivel, no le pide nada a ningún jazzista internacional. Incluso, lo invitamos a venir a Tabasco en dos ocasiones y disfrutamos de su música.
El actor y director de cine Julio Bracho, quien después de haber ofrecido su master class en la Casa de Artes José Gorostiza, se trasladó a escuchar completo a Infanzón en plaza de Armas. “Este hombre es un virtuoso. Está en otro nivel. Su baterista y su bajista están del mismo vuelo del maestro Héctor. Yo soy muy fan del jazz y nunca lo había oído. Me encantó”, reconoció.