
Durante siete años, Juan José Ávalos Frías ha representado a Santiago el Menor en el tradicional viacrucis que organiza la Parroquia El Señor de Tamulté y Gran Poder. Este año, su participación tendrá un significado especial, no solo por su papel en la representación, sino por su conmovedora historia.
Al igual que los apóstoles de Jesús, don Juan fue llamado a dejar atrás un pasado marcado por la adicción y el alcoholismo. “Yo era un alcohólico y drogadicto. Aquí está mi esposa, yo la maltrataba mucho. Acepté mi error y el Señor me perdonó todos mis pecados”, compartió en entrevista. Su testimonio es un ejemplo de redención propio de la fe.
Hoy, Juan José no solo celebra se siente orgulloso de su papel en el viacrucis, sino también su nueva vida. “El día de hoy le doy gracias a Dios porque soy feliz con ella y con mis hijos, con mis cuatro hijos varones. Gracias a él ya llevo 18 años sin alcoholizarme y sigo conociendo el camino de Dios”, añadió, reflejando una profunda gratitud por la nueva vida que ha encontrado.
El viacrucis, que representa el sufrimiento y sacrificio de Cristo, para don Juan es ejemplo de que, a pesar de las dificultades y errores del pasado, siempre hay una oportunidad para la retomar el buen camino y renacer. Su testimonio inspira a sus compañeros de la iglesia, recordando que el amor y la misericordia divina transformar vidas y restauran familias.