Atención directa hermana al pueblo, llevan felicidad a chicos y grandes en Tabasco
Sus manitas empezaron a dar forma al rompecabezas multicolor. Tomaba una pieza y meditaba dónde podía encajarla. Si atinaba, su sonrisa iluminaba su rostro, pero si fallaba, se rascaba la cabeza antes de probar con otra. Sin darse cuenta pasaron unos 10 minutos, hasta que las piezas perfectamente armadas dieron forma a un par de personajes infantiles, cuyos nombres propios se asocian a valores o conductas.
Don Asael espera a que su hijo acabe para acercarse al módulo del Registro Civil que forma parte de las Jornadas de Atención al Pueblo en Territorio, donde será testigo del casamiento de sus vecinos. “Esto es muy interesante, ayuda a apartar a nuestros hijos de las drogas y las malas compañías”, reconoce el nativo del Ejido Tierra y Libertad, poblado a 20 minutos de distancia del Centro Integrador.
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“Se me hizo un poquito difícil porque es la primera vez que armo un rompecabezas”, acierta a decir el infante con sonrisa de satisfacción. Unos 30 niños más estuvieron rompiéndose el coco, pero aprendieron “valores que contribuyen a construir un pueblo más justo y solidario, objetivos que promueve la Contraloría Social, dependiente de la Secretaría de la Función Pública”, explicó Cinthia Solís, en el módulo de la dependencia.
“Desde pequeños pueden conocer que existe un presupuesto destinado a obras públicas y que como ciudadanos todos tenemos que cuidar”, agregó la servidora pública quien destacó la importancia que las futuras generaciones conozcan qué es un comité, qué es un beneficiario y sobre todo, que compartan con sus compañeros de escuela todo lo aprendido.
A unos pasos, en el escenario instalado a un costado de los módulos, con mucho sentido del humor tres payasos arrollaron a adolescentes y adultos, para que comprendieran la importancia de los pasos cebra y la responsabilidades que todos tenemos en la vía pública. Chocolatita, cuyo nombre es Nelly Ortega, pertenece a la Policía Vial desde hace 18 años, mismo tiempo que lleva interpretando el sketch de concientización vial, asegura que “el fin es educar lúdicamente al niño para que cuando sea grande, no incurra en faltas al reglamento”.
Apenas acaba su participación, chicos y grandes los rodean para fotografiarse con ellos. El hijo de don Isaías López, de 5 años, también se forma para obtener una imagen de recuerdo. “Aparte de los servicios, esto nos vuelve a hermanar como pueblo. Los servicios son ganancia. Pueblo y Gobierno nos volvemos a encontrar, hermanados”, resume el oriundo de Cucuyulapa.
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