Conmemoran movimiento estudiantil de 68, una lucha por la libertad de expresión, justicia y derechos humanos
En el Museo de Historia Casa de los Azulejos para conmemorar los acontecimientos del 2 de octubre de 1968, un día que simboliza la lucha por la libertad de expresión, la justicia y los derechos humanos se llevó a cabo un conversatorio a cargo de expertos.
El evento, encabezado por el maestro Héctor Valencia Reyes, se enfocó en honrar la memoria de quienes defendieron sus ideales y derechos. Esta conmemoración tuvo como objetivo resaltar la relevancia de estos temas en el contexto actual y fomentar un diálogo sobre la importancia de la defensa de los derechos fundamentales en la sociedad.
En su intervención, el maestro Héctor Valencia Reyes enfatizó la relevancia del movimiento del 2 de octubre de 1968, destacando que “el diálogo es la luz, la represión es la oscuridad”. Durante su discurso, el profesor afirmó que este movimiento no solo es una fecha en la historia de México, sino que también forma parte de un proceso global más amplio. “Este movimiento está articulado e influenciado por luchas internacionales por los derechos civiles, reflejando un contexto de resistencia y búsqueda de justicia que trasciende fronteras”, sostuvo.
En su análisis sobre la estructura organizacional del Consejo Nacional de Huelga, el experto destacó que muchos de los jóvenes involucrados eran militantes de izquierda y comunistas. Sin embargo, subrayó que las decisiones se tomaban en asambleas abiertas a todos los participantes. Alumnos del Instituto Politécnico Nacional, de la Universidad Nacional Autónoma de México y, posteriormente, de la Universidad Iberoamericana se unieron en este esfuerzo.
“El movimiento surge en un contexto preferentemente urbano, que va a impugnar a los administradores públicos y que cuestiona la funcionalidad de las instituciones con las propias reglas del sistema político mexicano, surge porque los estudiantes se siente indignados, atropellados, no escuchados, en un contexto de represión, por diferencias de opinión entre escuelas”, contextualizó el decano.
Este proceso, caracterizado por una creciente represión por parte del estado mexicano, permitió a los estudiantes establecer vínculos con otros grupos, fomentando así una construcción colectiva de un posicionamiento frente a las fuerzas represivas del gobierno. Este fenómeno de organización y lucha social fue el centro del movimiento estudiantil del 2 de octubre de 1968, un momento clave en la historia de México.