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¿Cómo surgió el pozol con cacao en Tabasco?

El pozol, una bebida tradicional que se remonta a la época prehispánica, tiene sus raíces en las prácticas culinarias de los Maya-Chontales del estado de Tabasco. Conocida originalmente como pochotl, esta bebida a base de maíz y cacao era esencial para los viajeros indígenas debido a sus propiedades nutritivas, hidratantes y su capacidad para mitigar el hambre.

En tiempos precolombinos, el pozol era una bebida vital para los habitantes de Tabasco. Los Maya-Chontales, expertos en aprovechar los recursos naturales de su entorno, crearon el pochotl como una solución práctica para mantenerse energizados durante sus largos viajes. Con la llegada de los españoles al territorio mexicano, el nombre pochotl evolucionó a pozol, tal como lo conocemos hoy.

Documentos de la época colonial describen al pozol como una bebida agria consumida por los indígenas, destacando su capacidad para hacerlos resistentes al calor. Los colonizadores españoles notaron que el pozol no solo era refrescante, sino también saludable, y su consumo se extendió por todo el sureste de México.

El pozol es conocido como una bebida comestible debido a su característica única: el shish. Esta palabra maya significa “resto” o “residuo” y se refiere al asentamiento de la bebida. Cuando se consume el pozol, también se mastica el shish, lo que permite a los bebedores calmar el hambre al mismo tiempo que se hidratan.

Existen diversas variantes de pozol, cada una con sus métodos de preparación específicos según la región donde se encuentre. Las más populares incluyen:

  • Pozol con cacao: Una mezcla rica y sabrosa de maíz y cacao.
  • Pozol blanco: La versión más simple, elaborada únicamente con maíz.
  • Pozol agrio: Con un sabor más fermentado, esta variedad tiene un toque distintivo que refleja su proceso de preparación.

Probar el pozol es más que degustar una bebida; es una oportunidad para conectar con la historia y las tradiciones de México. Cada sorbo ofrece un vistazo a las prácticas ancestrales y los productos de los campos mexicanos, haciendo del pozol una experiencia cultural y gastronómica única.

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