A pocos días de la celebración del Día de las Madres, en el panteón Central de la ciudad de Villahermosa, aún no se hacen presentes deudos para limpiar bóvedas de las “jefas del hogar” que ya fallecieron.
Con 30 años dedicado a prestar los servicios de lavado de tumbas, Juan González Sarao, observa con asombro, la situación que prevalece este año, ya que -dijo- es muy diferente a lo que se veía antes de la pandemia por COVID-19.
Refirió que llegó al panteón Central desde la semana pasada, con la esperanza de encontrar trabajo y obtener ingresos para llevar sustento al hogar, sin embargo, se llevó una desagradable sorpresa al ver el pasar de los días, sin el objetivo logrado.
“He visto mucha diferencia desde que vino el COVID-19. Ya le perdieron el amor a los muertos. La verdad sí, son pocas las personas que llegan a lavar sus bóvedas, ahora está lento”, puntualizó.
En uno de los pasillos del camposanto, se dio el tiempo para compartir que antes, a mediodía ya había culminado de 4 a 5 trabajos, pero actualmente, apenas y logra lavar una bóveda, porque simplemente no hay deudos que acudan en busca de apoyo para limpiar el lugar donde descansan los restos de sus mamás.
Don Juan añadió que el costo de su trabajo oscila entre 100 y 150 pesos, por lavar una bóveda, sin embargo, a algunos les parece costoso y ha tenido que bajar el precio a 50 o 70 pesos a los pocos que se han acercado a pedir su servicio.
Lo que no ven los clientes, afirmó, es que debe exponerse al calor extremo que se vive en Tabasco actualmente y luego de varias horas a la intemperie, le da sed, pero sin clientes, no tiene dinero ni para comprarse un vaso de pozol.
“No pierdo la esperanza que se componga entre jueves y viernes la situación. Ojalá la gente se acerque para recordar a sus mamás que ya fallecieron”, remarcó.
