En la víspera del segundo viernes de Cuaresma, el pasillo de expendedores de carne de res en el mercado público “José María Pino Suárez” se vio con poca afluencia de clientes.
Debido a que la Iglesia Católica establece que a partir del Miércoles de Ceniza y hasta la Semana Santa debe haber abstinencia en la ingesta de carnes rojas cada viernes, las ventas empezaron a bajar.
Para Dorilián Pozo Pérez, expendedor de carne de res desde hace varios años, la temporada ha resultado más difícil que en años anteriores, ya que aunado a la Cuaresma, la crisis económica afecta a las familias.
Destacó que los precios se han mantenido estables y no hay posibilidad de incremento en próximas fechas; sin embargo, las ventas han caído en 30%.
Agregó que una carnicería puede vender una res o un canal, pero en estas fechas se vende medio canal.
“Un kilo de bistec vale 180 pesos, la falda vale 170 pesos, la carne con hueso está a 130 pesos. Se han mantenido precios pero sí ha bajado la venta”, reiteró.
Sostuvo que la única esperanza que tienen, son las ventas en los días de quincena, cuando las familias aprovechan para consumir carne de res.
Después de Semana Santa -agregó- las celebraciones del Día del Niño, Día de las Madres y Día del Padre, son fechas especiales que propician la recuperación de los comerciantes de carne de res.
