Como resultado de la verificación a 300 establecimientos que venden alimentos industrializados en todo el estado, la Secretaría de Salud llevó a cabo la destrucción de productos: caducos, con empaques en condiciones inadecuadas y latas con abolladuras, que representaban un riesgo a la salud de los consumidores.
El jefe del Departamento de Operación Sanitaria de la Secretaría de Salud, Víctor Castro Georgana, comentó que la institución tiene un programa de vigilancia permanente, para supervisar que los comercios cumplan con las condiciones adecuadas para el almacenamiento y venta de productos industrializados.
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“Cuando hacemos la vigilancia normal a los establecimientos, checamos el consumo preferente y que los empaques estén sellados, porque si existe solución de continuidad la probabilidad de contaminación es muy alta y puede causar daño mayor”, explicó.
Entre las acciones, los verificadores revisan que en los anaqueles no haya latas con abolladuras, pues éstas tienen un recubrimiento al interior que evita la corrosión, pero ante un golpe, la sustancia puede liberarse y causar, náuseas, cólicos y diarreas. En caso de encontrar este tipo de productos dañados, se procede a su destrucción.
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Mencionó que también se pone énfasis en la revisión de alimentos de salchichonería, para vigilar que se cumpla con el sistema de conservación del producto a temperatura no mayor a 4 grados centígrados.
“Cuando no reúne las condiciones o el verificador detecta que puede tener sensación, olor o característica visual que pueda indicar que va a estar en proceso de descomposición, se procede al aseguramiento y destrucción del producto”, asentó.
Castro Georgana destacó que los operativos se llevan a cabo en todo el estado, y los establecimientos se eligen al azar. Una vez que acuden los verificadores de la Secretaría de Salud, se avocan a revisar: fechas de caducidad o consumo preferente, condición de los empaques y sistema de refrigeración.
“Hemos realizado 300 verificaciones y se ha derivado la destrucción de productos caducos o que el empaque no estaba en condiciones, como latas abolladas”, recalcó.
Consideró que, aunado a la labor de la dependencia estatal, la población debe sumarse a las tareas, al revisar los alimentos antes de comprarlos, pues podrían poner en riesgo su salud al adquirir latas abolladas, productos con empaques alterados o fuera de refrigeración.
“Aquí el mejor vigilante de la salud de la familia, es el consumidor, y es muy fácil en alimentos y productos industrializados, dedicar unos segundos en revisar el consumo preferente, solución de continuidad y productos abollados; y con esto nos da seguridad que el producto que estamos adquiriendo, sea para nutrir y no causar daño”, puntualizó.
Por último, conminó a la población a sumarse a la cultura de la denuncia y reportar alguna anomalía cuando acuda a los establecimientos a comprar productos industrializados. Se trata -insistió- del cuidado de la salud.
