Cambios en la conducta de menores son señales de alerta ante posibles abusos que sufren en el hogar.
La psicoterapeuta, Montserrat Camacho Landa, llamó a los padres de familia a estar atentos sobre el comportamiento que manifiestan sus hijos en las aulas, debido a que, a través de un bajo rendimiento, travesuras, cambios de humor o conductas fuera de lo normal, podrían manifestar su vulnerabilidad, como víctimas de algún tipo de abuso.
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El retornar a los salones de clase, representa la oportunidad de desahogo de aquellos que pudieron vivir una situación de riesgo al estar de vacaciones, en el hogar o bien, en otros espacios de convivencia.
La especialista comentó que, durante las fiestas decembrinas, se registra una baja en las consultas de atención psicológica para infantes, sin embargo, cuando se reanudan las actividades escolares, se presenta un repunte debido a que los pequeños, muestran cambios en la conducta que son observados por los maestros y reportados a los paterfamilias.
“Regresando al salón de clases, las maestras detectan algo, la conducta, poca atención en clases, bajo desempeño y empiezan a reportar a los padres. Cuando hay algún problema de conducta en la escuela, es lo más visible, lo más fácil de identificar”, expresó.
Refirió que más allá de una mala conducta, el comportamiento de los estudiantes refleja algo emocional y que es muy difícil de explicar a los adultos. Por ello, buscan distintas formas de externar la situación que enfrentan.
“No es que tenga mala conducta sino porque antes era un niño que entregaba todas sus tareas y ahora no, o que antes podía jugar con sus compañeros, pero ahora les pega a todos. El cambio de conducta, la mayoría de las veces tiene que ver con algo emocional. El problema en sí no es la conducta sino la manifestación de lo que está experimentando el niño y al no saber manifestarlo de manera asertiva, lo manifiesta de la manera que le funciona”, explicó.
Camacho Landa sostuvo que es importante prestar atención a cualquier cambio en el comportamiento del menor, ya sea dentro o fuera del hogar. Generalmente, es en las aulas donde se detectan las modificaciones en la conducta y los maestros dan el aviso a los padres de familia, quienes buscan la atención psicológica para sus hijos.
La especialista insistió en que no se debe minimizar el tema, ya que muchos casos de abuso, ocurren en el núcleo familiar y los pequeños tienen miedo de exponerlo ante los padres.
“Hay veces que el poder sentarnos a platicar con las personas, puede ayudarnos a resolver algún conflicto, mamá, papá e hijos, pero cuando vemos que esa charla no está rindiendo frutos o nos sentimos limitados, porque como padres no podemos manejar esta situación, vamos con un especialista que va a dar tratamiento más puntual, más específico”, externó.
Destacó que la terapia psicológica permite identificar los problemas de fondo en el cambio de la conducta de los alumnos y también les ayuda a superar el trauma derivado del conflicto que enfrentaron.
Lo más importante -reiteró- es ser observadores del comportamiento de los menores y buscar ayuda profesional cuando la situación no pueda ser resuelta en el hogar o en la escuela.