En la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) del Inegi reportó que Tabasco, ocupa el segundo lugar nacional, con el 20.6 de la población con síntomas de depresión.
El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, trastorno mental que incide significativamente en las tasas de mortalidad a nivel mundial e impacta a personas de todas las edades.
La población tabasqueña en el país se ubicó solo por debajo de Guerrero, que tuvo un 20.7 por ciento de deprimidos.
Mientras que por ansiedad, Tabasco ocupó el onceavo lugar nacional con un 53.7 por ciento de la población con esos síntomas.
En el Balance anímico, Tabasco ocupó el último lugar a nivel nacional con menos tabasqueños con buen humor, alegres, tranquilos y con vitalidad, el 4.43 por ciento.
La mayoría de los tabasqueños estuvo de mal humor, preocupados, cansados, aburridos y tristes.
De acuerdo con el ENBIARE 2021 del Inegi, el promedio de satisfacción con la vida, los tabasqueños estuvieron entre los últimos cinco estados , con el 8.25 por ciento satisfecho.
La Organización Panamericana de la Salud, destaca que la depresión es una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida.
Esta es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos.
Algunas investigaciones indican que el riesgo genético para la depresión es el resultado de la influencia de varios genes que actúan junto con factores ambientales y otros factores de riesgo. Algunos tipos de depresión tienden a darse en familias.
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Sin embargo, la depresión también puede ocurrir en personas sin antecedentes familiares de depresión. No todas las personas con enfermedades depresivas experimentan los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia y duración de los síntomas varían dependiendo de la persona y su enfermedad en particular.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) este mal afecta a más de 300 millones de personas en el mundo porque es un trastorno recurrente al que no se le presta la atención necesaria, puesto que no se le considera de relevancia en la población.
Especial atención a niños y adolescentes
Aunque no es determinante, la depresión puede ser un factor que influya en las conductas suicidas, por lo que es necesario estar alerta a los signos de alarma, especialmente en los menores.
“Todos los cambios drásticos que notemos: en el apetito, cambios en el ciclo de sueño, irritabilidad, conducta agresiva, destructiva, baja en el rendimiento académico, cambios evidentes en el estado de ánimo”, destacó Emmanuel Osorio Rosales, médico psiquiatra y psiquiatra de niños y adolescentes.
Añadió que la pandemia de COVID19 influyó en el aumento de enfermedades y trastornos mentales, ante el encierro, el sentido de pérdida y el estrés. Además, se calcula que los cuadros depresivos aumentan cinco por ciento al año a nivel mundial.
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Sostuvo que la inseguridad y en general situaciones de riesgo pueden desencadenar estos trastornos, pero es algo multifactorial.
Para el caso de los niños hizo hincapié en que los padres de familia deben involucrarse más en sus vidas, escucharlos y supervisarlos.
“Si tienen padres que trabajan todo el día, como siempre se justifican, si no están presentes, pues aunque los datos de alarma sean visibles, nadie los va a identificar”, expresó.
En ese sentido, convocó a buscar ayuda profesional tan pronto se detecta que algo no anda bien, pues las conductas suicidas en menores es un problema que no está siendo dimensionado correctamente.
“Hay que dejar de lado el tabú. Es necesario pedir ayuda para garantizar el bienestar de los niños”.
Por Georgina Rodríguez
