Para fomentar la lectura de libros entre la población es necesario establecer mayores talleres o círculos literarios en escuelas, bibliotecas, librerías y espacios públicos, así como acercar a la población los lugares donde puedan adquirir obras bibliográficas, propusieron actores relacionados con los libros.
El director de la Librería Universitaria de la UJAT, Román Guillén Landero, consideró que es una labor integral, desde casa los padres deben involucrarse con los hijos al fomento a la lectura.
“Conforme van creciendo (los hijos) y se van independizando, mientras se les vaya inculcando esos valores, ellos van a ir teniendo esa necesidad de leer” , afirmó Guillén Landero.
Dijo que la existencia de más librerías en una comunidad, ayuda que la población se interese por leer. “El poder tener mayor oportunidades y alcances de espacios de venta de libros nos favorece como ciudadanos. Nos acorta la distancia, pues entre más cercano tengamos de buscar el libro, permitirá tener ese hábito y generar el hábito a la lectura. Eso es importante, sobre todo tener ese alcance.
En Villahermosa existen escasas ocho librerías, incluidas las de tiendas departamentales, en tanto en el resto de los 16 municipios tabasqueños se carecen de negocios expendedores de obras bibliográficas.
Además de que sólo existen dos bibliotecas públicas en la capital tabasqueña, sólo se tienen acceso a las librerías como la del Fondo de Cultura Económica en el CICOM; la Educal, en el Museo de Historia, en la Zona Luz; la Librería Universitaria de la UJAT, en la avenida 27 de Febrero, en el centro; y la Gabolibros, en avenida Periférico, de la zona de La Choca. También, cuatro tiendas departamentales cuentan con su sección de Libros.
El presidente y escritor de la asociación civil Querer Leer, Gamaliel Sánchez Salinas consideró que el hogar, la escuela, la biblioteca pública son los espacios idóneos para la promoción de la lectura, sin embargo, existe el obstáculo que en miles de hogares el único libro que existe es el de texto.
Por ello, destacó, la importancia de las bibliotecas escolares y de aula en cada una de los centros educativos del estado. Estas bibliotecas deben permanecer en movilidad permanente, deben ser activas en conexión práctica con la biblioteca comunitaria.
“Esto hará que la lectura se convierta en una práctica cotidiana de alumnos, alumnas, maestros y padres de familia”, afirmó el también docente y coordinador del Club de Lectura Infantil y Juvenil en Plaza City Center.
Pocos libros en casa y escasos padres dan ejemplo de leer
En México, la población lectora de libros leyó, en promedio, 3.4 ejemplares durante el último año, lo que representó una disminución en relación con los datos de 2022, que fue de 3.9 libros de lectura, de acuerdo con resultados del Módulo sobre Lectura (MOLEC) 2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La lectura de los libros en formato digital aumentó 13.8 puntos porcentuales entre 2016 y 2023. Este comportamiento inició durante la pandemia por la COVID-19 y se mantiene hasta la fecha.
En el MOLEC se indaga en torno a la asistencia a lugares de venta o préstamo de materiales de lectura en los últimos tres meses. De la población alfabeta de 18 años y más, 16.6 % asistió a alguna sección de libros y/o revistas de una tienda departamental; 13.6 % acudió a una librería; 10.1 %, a un puesto de libros o revistas usados y 8.1 % fue a una biblioteca.
El 44. 1 por ciento de la población que lee es por entretenimiento, 23.8 por ciento por trabajo o estudio, el 20.7 por ciento por cultura general, el 10.1 por religión y un 1.4 por ciento por otro motivo.
En 2023, el porcentaje de la población de 18 años y más, lectora de los materiales considerados por el Módulo sobre Lectura (MOLEC), en cuanto a prácticas de lectura durante la niñez, seis de cada 10 personas, dijeron tener libros en casa (sin contar los libros de texto); cinco de cada 10 señalaron que veían a sus padres o tutores leer y prácticamente a cuatro de cada 10 le leían sus padres o tutores.
En 2023, el porcentaje de la población de 18 años y más, lectora de los materiales considerados por el Módulo sobre Lectura (MOLEC), fue de 68.5%: 12.3 puntos porcentuales menos que en 2016.
La disminución de personas lectoras es gradual con la edad. Para los grupos de 18 a 24 y de 25 a 34 años, ocho de cada 10 personas leen. En el grupo de 65 años y más, seis de cada 10 personas son lectoras.
Los libros fueron el principal material de lectura, con un 40.8 % de lectores de 18 años y más, seguido de la lectura de las páginas de Internet, foros o blogs, con 37.7 por ciento. Para los grupos de 18 a 24 y de 25 a 34 años, la lectura de las páginas de Internet, foros o blogs alcanzó 63.0 y 52.5 %, respectivamente, mientras que la lectura de libros fue menor, con 54.2 y 46.8 %, respectivamente.
La población no lectora presenta una mayor carencia de estímulos para la lectura durante la infancia: 83.0 % declaró que sus padres o tutores no la llevaban a bibliotecas o librerías, 79.7 % dijo que sus padres o tutores no le leían y 68.3 % no veía a sus padres o tutores leer. El director de la Librería Universitaria de la UJAT, Román Guillén Landero señala que en ese espacio bibliográfico, cada actividad es gratuita, no genera costo, igual si solicitan el espacio se otorga sin costo, pues es parte de la intención de fomentar la lectura.
Pandemia Covid afectó también asistencia a librerías
El director de la Librería Universitaria de la UJAT, Román Guillén Landero, así como empleados del Fondo de Cultura Económica y de Educal, expusieron desde la pandemia decayó la visita y compra de textos. Y existen obras con precios desde los 12 pesos, hasta libros de mil 500 pesos.
Aunque tras la pandemia se redujo la concurrencia a la Librería Universitaria y que los visitantes migraron, en ese espacio de la UJAT “se continuó con el mismo ánimo de trabajo para fomentar la lectura y el libro”, dijo Guillén Landero.
Se fortaleció la lectura a través de un taller literario El Rincón de la Lectura, semanalmente los viernes, además de realizar presentación de obras, charlas con relación al libro.
Los lunes también está el Taller Literario de Mario de Lillé coordinado por la Sociedad de Escritores, los miércoles con el Colegio de Abogados se efectúa un taller sobre bibliografía en materia jurídica, además de un taller de pintura infantil.
En México, el próximo 12 de noviembre, se celebra el Día Nacional del Libro, y en la Librería Universitaria, el lunes 13 se realizará una presentación de libro. “La librería cumple con su función de fomento a la lectura de libro, además de promocionar el trabajo de investigación que se realiza en la UJAT”, explicó.
Entre el acervo bibliográfico en esta librería de la UJAT, ubicada en el centro de la ciudad, los libros de mayor venta son los de poemas como Colores de la Selva, Colores en el Mar y otros poemas, Juchimán Cantos de Juventud, Diagnóstico Clínico de Bovino y en Voz Baja.
La lectura, herramienta para hacer ciudadanía
El presidente de la asociación civil Querer Leer, Gamaliel Sánchez Salinas, expuso creer que la lectura, tarde o temprano, “nos lleva a estadios de auténtica ciudadanía. El gozo que proporciona de primera intención se va convirtiendo en una serie de herramientas que nos permiten hacer un análisis de la realidad más claro, más efectivo para actuar en consecuencia”.
Destacó que existen voluntarios que, desde la sociedad civil, promueven la lectura y la escritura, en círculos de lectura y talleres de escritura. El esfuerzo que desde estas iniciativas se realiza es digno de reconocer, porque vienen a llenar espacios que la ausencia de políticas públicas por parte que el estado tiene en el abandono.
Sánchez Salinas mencionó que en la Secretaría de Educación se carece de un programa sistemático de promoción de la lectura en la escuela. La Secretaría de Cultura menos, sus acciones en este rubro son de ocurrencia. “Será porque saben que hacer lectores es hacer entes críticos y participativos, es decir auténticos ciudadanos, lo que a ellos no les conviene”.
