El Día de Muertos se acerca y con esta tradición ancestral llega la preparación de ofrendas para los altares. Variedades de tamales, panes, postres, comidas ricas en grasas, se mezclan con las fotografías, veladoras y adornos…
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El arduo trabajo para el 1 y 2 de noviembre, conlleva a una celebración en familia, donde sus miembros, acostumbran a degustar los platillos preparados. No obstante, la fiesta puede terminar en tragedia, para quienes viven con alguna enfermedad crónico-degenerativa como la obesidad, diabetes o hipertensión.
El consumo de este tipo de comidas, puede ocasionar problemas en aquellos que no llevan un control médico adecuado, o bien, desconocen que son diabéticos o hipertensos. A decir del coordinador de Socorros de la delegación estatal de Cruz Roja Mexicana, en el marco del Día de Muertos, las atenciones a personas que tuvieron problemas de presión arterial o glucosa elevada, repuntan hasta en 20 por ciento.
“Empezamos a tener un aumento en las atenciones en noviembre. La gente con las tradiciones tiende a descuidarse, así que, si llevan dieta, las dejan y esto ocasiona que se pongan mal y requieran ser atendidos”, explicó.
Sostuvo que diariamente atienden de 3 a 4 casos de pacientes crónico-degenerativos con alguna descompensación; comúnmente esto ocurre a consecuencia del calor, sin embargo, al acercarse el fin de año, las atenciones tienen un repunte debido a que las personas descuidan su salud por probar alimentos dañinos.
“Tenemos un rubro donde registramos ese tipo de pacientes, la onda de calor del estado repercute en todas las personas, pero también la ingesta de comida que no es sana, tengamos una enfermedad crónica o no, pero en ellos es un poco más”, asentó.
