Opinión

La hipocresía de la ONU

AGUAS INTERNACIONALES - JOSÉ MIGUEL MARTÍNEZ

La semana pasada se inauguró la octogésima sesión ordinaria de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, espacio donde jefes de Estado y cancilleres comparten discursos sobre los temas más relevantes del panorama internacional. Este año destacó por la participación de varios líderes mundiales polémicos.

Uno de los casos más llamativos fue el de Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, quien enfrenta una orden de búsqueda y captura emitida por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Para llegar a Nueva York, tuvo que esquivar el espacio aéreo europeo a fin de evitar ser arrestado, ya que numerosos gobiernos lo acusan de genocidio.

Durante su intervención, varios delegados abandonaron el pleno en señal de protesta. Además, países como Reino Unido, San Marino, Portugal, Mónaco, Malta, Luxemburgo, Francia, Canadá, Bélgica y Australia aprovecharon el foro para reconocer a Palestina, alcanzando ya el respaldo de 145 naciones. Pese a ello, Netanyahu no se contuvo y declaró que “darle a Palestina un Estado sería como darle a Al-Qaeda un territorio después del 11 de septiembre de 2001, lo cual es una auténtica locura”.

En contraste, el líder palestino no pudo participar de manera presencial, debido a que Donald Trump revocó la visa a todos los diplomáticos palestinos. Sin embargo, los países miembros votaron casi por unanimidad para que su discurso fuera transmitido en la Asamblea, recordando que Palestina es miembro observador de la ONU, lo que le da derecho a voz, aunque no a voto.

Otro personaje que generó controversia fue Ahmad Al-Sharaa, antiguo líder de Al-Qaeda y uno de los más buscados por la CIA, el FBI y la Interpol, con una recompensa de hasta 10 millones de dólares por su captura. Hoy, convertido en presidente de Siria tras derrocar a Bashar Al-Assad, fue aplaudido en la ONU.

Por su parte, Donald Trump no pasó desapercibido. Criticó duramente a la ONU, acusándola de “no resolver problemas, sino crearlos”. Además, cuestionó la financiación de la inmigración hacia Estados Unidos y Europa, y aseguró que el organismo internacional debe reformarse urgentemente para garantizar su supervivencia.

En el caso de Vladimir Putin, al igual que Netanyahu, tampoco pudo asistir a la Asamblea General debido a que la Corte Penal Internacional lo acusa de crímenes de guerra, agresión y lesa humanidad. La diferencia es que, a diferencia del primer ministro israelí, Putin fue advertido de que, si pisaba territorio estadounidense, sería arrestado de inmediato.

En conclusión, este escenario refleja la contradicción de la ONU: aunque seas criminal de guerra, genocida o incluso terrorista, si tienes los aliados adecuados, puedes dar discursos e incluso recibir aplausos en el foro internacional más importante. No importa lo que hayas hecho, sino con quién te relaciones.

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