Opinión

La edad dorada: más comienzo que final

Rosely E. Quijano León. | Constelaciones lectoras

No sabemos exactamente en qué momento nuestra sociedad comenzó a discriminar y a dejar de escuchar a las personas adultas mayores. Es probable que, con la llegada del internet, los no nativos digitales comenzaron a quedar rezagados por sus dificultades y limitaciones para acceder y entender cómo funciona el mundo digital y las redes sociales.

Incluso los jóvenes empezaron a mudarse a otras plataformas o redes sociales cuando sus padres, tíos, maestros, abuelos, comenzaron a “invadir” el Facebook, por ejemplo. Hoy las redes sociales son como un marcaje de distanciamiento, y sin embargo, hay muchos casos virales de personas adultas mayores que demuestran que no estamos excluidos de ese entorno virtual. Al menos, no del todo.

Se suele usar como despectivo o burla el simple término de adulto mayor, o de jubilado; por tener ya tu INAPAM o recibir la pensión del Bienestar, y eso acarrea un sinfín de prejuicios y estereotipos sobre ellos, por lo común considerándolos una población que ya va en declive, que no aportan nada a la economía y a la sociedad y que las mejores etapas de su vida ya pasaron y a los jóvenes no les sirve de nada sus relatos o experiencias de vida porque fueron principalmente en un mundo sin internet. A todo eso se le llama hoy Edadismo.

Por suerte, existen personas que nos demuestran todo lo contrario, como Alfonso Estrada, quien durante la pandemia descubrió que tenía mucho por decir a los de su generación y a las nuevas generaciones sobre los prejuicios que recaen sobre las personas adultas mayores.

Basándose en su gran experiencia escribió esos años de encierro su libro “Nunca es tarde. Cómo seguir activo y pleno en la tercera edad.” (Ediciones Kóokay), y ahora en el 2025 después de trabajar con gran conciencia el contenido y la edición logró ya  publicar su primer libro.

Un libro que no es exclusivo para quienes ya están en la “edad dorada” como él le llama, sino para quienes estamos a cargo de algún adulto mayor, o simplemente porque todos llegaremos a serlo algún día.

 ¿Qué vas a encontrarte en este libro? Página a página podrás ir re-descubriendo que nunca es tarde para reinventarte o descubrir lo que nos apasiona, que la edad no es un límite para cumplir sueños o llevar a cabo proyectos que hemos dejado en pausa por miedo, desánimo o pensar que ya pasó nuestro momento.

En este libro vas a descubrir que, pese a lo que se piensa, la tercera edad es la mejor etapa de la vida y que no es para nada el final o el ocaso, como muchos opinan, sino todo lo contrario, es la oportunidad para explorar nuevas rutas, para caminar por otros senderos, mirar nuevos amaneceres y disfrutar con plenitud cada día de tu vida.

Alfonso, el autor, nos lleva de la mano en esta travesía donde aprenderás a identificar las ataduras que no te permiten avanzar, enfrentarás los desafíos que la salud física y mental nos impone, reconocerás las grandes ventajas que hasta ahora tal vez no habías podido ver y descubrirás tu rumbo, tu propósito.

Podrás descubrir también algunas historias de personas reales que en su edad dorada emprendieron un negocio que resultó sumamente exitoso, comenzaron a estudiar, descubrieron algo que hoy impacta en la sociedad o motivaron a otros a seguir sin importar la edad, como el autor de este libro que nos inspira a perseguir un sueño o concretar algo que nos apasiona, sin importar la edad, porque realmente nunca es tarde, después de los 60s hay más comienzo que final.   

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