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El gas natural: el nuevo poder geopolítico de Estados Unidos

La administración Trump impulsa un crecimiento sin precedentes en la industria del gas natural licuado

Estados Unidos está en camino de consolidarse como la nueva superpotencia del gas natural, desplazando a sus competidores globales y usando este recurso como herramienta estratégica para reforzar su posición económica y política en el mundo. Bajo la administración de Donald Trump, se espera un incremento del 60% en la capacidad de producción de gas natural licuado (GNL), consolidando así su dominio en el sector energético global.

Exportaciones récord y nuevos mercados

El gas natural licuado, enfriado a -160 °C para facilitar su transporte en buques cisterna, representa una nueva ventaja competitiva para la economía estadounidense. Actualmente, el 41% de la electricidad del país proviene del gas natural, y una de cada tres embarcaciones de GNL será estadounidense para finales de la década, según Bloomberg.

Empresas como Cheniere Energy y Venture Global lideran la construcción de plantas de licuefacción multimillonarias, con ocho ya operando, tres en construcción y más en espera de aprobación. La demanda proviene principalmente de Europa, Japón e India, que ven en Estados Unidos un proveedor confiable y estable frente a los riesgos geopolíticos actuales.

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Entre la diplomacia energética y el cambio climático

El gas natural ha pasado de ser considerado un combustible de transición a una herramienta clave en la diplomacia energética global. A pesar de los riesgos medioambientales, su bajo precio y abundancia lo han convertido en un recurso altamente codiciado. Países como los Países Bajos, Francia y Reino Unido han reforzado su relación con EE. UU. tras la invasión rusa a Ucrania, reemplazando el suministro de Moscú con GNL estadounidense.

Sin embargo, la expansión acelerada de esta industria podría traer consecuencias para la lucha contra el cambio climático, según expertos. La moratoria de licencias impuesta por la administración Biden fue levantada por Trump en su primer día de mandato, priorizando el crecimiento económico sobre las preocupaciones ecológicas.

Retos y riesgos a mediano plazo

Aunque EE. UU. lidera la producción de gas natural, el crecimiento del petróleo es limitado, y hay riesgos de saturación del mercado hacia 2030, lo que podría desplomar los precios. Además, la dependencia de otros países del GNL estadounidense podría cambiar con los avances en energías renovables y con nuevas políticas industriales en Europa y Asia.

China, el mayor comprador mundial de GNL en 2024, ya ha respondido a las políticas proteccionistas de Washington con aranceles de represalia, lo que refleja que el poder energético también conlleva tensiones comerciales.

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