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Portazo y camión incendiado en el Campo Militar 1-A de la CDMX en protestas por caso Ayotzinapa

Un aniversario marcado por la violencia

En el 11º aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, las manifestaciones alcanzaron un nuevo punto de tensión en la Ciudad de México. Este jueves, un grupo de encapuchados, identificados como integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, utilizó un camión de carga para derribar la puerta del Campo Militar número 1-A, en la entrada que se encuentra en Naucalpan, Estado de México.

El vehículo fue embestido en reversa contra la reja al menos en cuatro ocasiones, hasta que los atacantes lanzaron petardos. Las llamas consumieron la unidad, cuya caja transportaba latas de refresco, cajas de cartón y galletas. Bomberos y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) lograron sofocar el incendio tras más de 30 minutos de trabajos, aunque el camión quedó calcinado.

La exigencia: folios y justicia

Antes del portazo, los padres de los normalistas realizaron un mitin en el que exigieron la entrega de más de 800 folios considerados como “información clasificada” dentro de la investigación. Las consignas también señalaron directamente a figuras clave como Jesús Murillo Karam, ex titular de la extinta Procuraduría General de la República, implicado en la llamada “verdad histórica”.

Al concluir el mitin, se llevó a cabo un pase de lista en memoria de los 43, lo que dio paso a la irrupción violenta. Los encapuchados escaparon posteriormente en varios autobuses.

Una cadena de acciones en instalaciones militares

El ataque en Naucalpan no fue un hecho aislado. Durante la misma semana se registraron actos similares en Guerrero: el lunes, manifestantes lanzaron petardos y bombas molotov contra la 35 Zona Militar en Chilpancingo; al día siguiente, se incendió una camioneta frente al 27 Batallón de Infantería en Iguala, con pintas que recordaban: “Fue el Ejército” y “26 de septiembre no se olvida”.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reforzó la vigilancia en sus instalaciones para prevenir nuevos actos de violencia, aunque las protestas se mantienen como parte de la jornada nacional de memoria y exigencia.

El Caso abierto de Ayotzinapa

Once años después, el caso Ayotzinapa sigue siendo un símbolo de la impunidad en México. Los informes más recientes del Gobierno reconocen que las investigaciones enfrentan obstáculos por falta de acceso a información y contradicciones en las versiones oficiales.

Organismos internacionales, como el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), han señalado la participación de fuerzas estatales en la desaparición y la posterior manipulación de pruebas. La exigencia de justicia de los padres y colectivos permanece intacta, mientras que las calles vuelven a ser escenario de la rabia contenida.

La memoria en marcha

Para este viernes, se tiene prevista una marcha nacional en la Ciudad de México a las 16:00 horas, con la participación de organizaciones sociales, colectivos universitarios y los familiares de los normalistas.

El caso Ayotzinapa, lejos de cerrarse, continúa avivando el reclamo social de verdad y justicia, y en cada aniversario renueva la presión contra las instituciones del Estado que aún deben responder a una de las tragedias más recientes de México, sin embargo la falta de juicio en las acciones colectivas, impulsadas por la euforia conjunta, pueden generar más violencia que soluciones.

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