En la Ciudad de México se encuentra un mágico lugar en el sur del centro de la capital del país, se trata de Xochimilco; en donde existe una leyenda sobre La Isla de las Muñecas y que debes conocer antes de visitar este atractivo sitio.
El lugar mencionado se ha convertido con el paso de los años en un atractivo turístico para visitantes de todas las partes del país y del extranjero.
A lo largo de los años los trajineros de Xochimilco se han encargado de propagar entre los visitantes la historia que para algunos pudiera resultar tenebrosa.
Los canales de Xochimilco son una parada imperdible cuando se llega de visita a la Ciudad de México y que con sus coloridas trajineras recorren los canales del lugar y que te llevan a La Isla de las Muñecas.
Lo que relatan en este emblemático lugar es que Don Julián era el vigilante de La Isla de las Muñecas, quien descubrió un cuerpo de una niña a la orilla del lago, intentó salvarle la vida, pero no lo logró; muriendo la pequeña de extrañas y desconocidas causas.
Pero tras los hechos ocurridos el vigilante vivió atormentado, asegurando que el espíritu de la menor había poseído a una muñeca y es así como Don Julián decidió que para protección tenía que colgar muñecas alrededor de la laguna en Xochimilco.
Pero conforme ponía muñecas, el hombre aseguraba que cada una de ellas se encontraban poseídas por espíritus de menores. De a poco el hombre no salió más, habitando en la isla con las muñecas que iba recolectando de la basura.
Aunque igualmente surge la teoría de la gente que asegura que él era el poseído debido a que cambió radicalmente su forma de ser tras el fallecimiento de la menor de edad.
Luego de un tiempo, Don Julián, fue encontrado sin vida en el mismo sitio en donde la niña terminó falleciendo.
Después de la muerte de Don Julián, la isla se convirtió en uno de los atractivos principales de Xochimilco. Poco a poco la gente se empezó a interesar en visitar el lugar y ahora es un sitio imperdible de visitar en la CDMX.
Hoy en día la gente cuenta las muñecas cobran vida por la noche, siendo una leyenda que se cuenta a los visitantes de Xochimilco.
