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Honduras en Vilo: Empate Técnico entre Asfura y Nasralla bajo la Amenaza de Trump de Cortar Ayudas

Con el 55% de las actas escrutadas, menos de un punto porcentual separa al candidato conservador del centrista, mientras el país procesa la promesa de Trump de indultar al expresidente Hernández y condicionar el apoyo financiero.

Honduras amaneció este lunes sumida en la incertidumbre política. Tras una jornada electoral marcada por el miedo a la violencia y las largas filas bajo el estado de excepción, el recuento de votos ha arrojado un escenario de “final de fotografía”. Los hondureños no solo decidieron su futuro inmediato, sino que votaron bajo la sombra de una intervención sin precedentes desde el norte: las amenazas directas de Donald Trump lanzadas menos de 48 horas antes de la apertura de urnas.

Según los primeros datos oficiales divulgados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), con un 55% de los votos escrutados, la contienda es agónica. Nasry “Tito” Asfura, el candidato del derechista Partido Nacional, lidera con un 40% de los sufragios, seguido respirándole en la nuca por el presentador de televisión Salvador Nasralla, del centrista Partido Liberal, con un 39.8%.

Muy por detrás, en un tercer lugar que marca el desplome del oficialismo, se encuentra Rixi Moncada, del partido izquierdista Libre, con el 19.2%, quien cargó con el desgaste de la administración actual.

Foto: STR

El “Factor Trump”: Indulto a JOH y Ultimátum Económico

La jornada electoral no puede entenderse sin la injerencia externa. El viernes, Donald Trump sacudió el tablero político hondureño desde su red Truth Social. El exmandatario y presidente electo de EE.UU. dio su respaldo explícito a Asfura, pero fue más allá: prometió un indulto para Juan Orlando Hernández (JOH), el expresidente hondureño que actualmente purga una condena de 45 años en Nueva York por narcotráfico.

“Si Tito Asfura gana, Estados Unidos le brindará un gran apoyo… Si no gana, Estados Unidos no malgastará su dinero”, sentenció Trump, amenazando con cortar los más de 100 millones de dólares en ayuda anual si el resultado no favorece a su candidato preferido, a quien visualiza como un aliado para combatir a los “narcocomunistas”.

Asfura, exalcalde de Tegucigalpa, recogió el guante con cautela. Aunque defendió el indulto como una “potestad del presidente de EE.UU.” para darle paz a la familia Hernández, intentó marcar distancia ante la prensa internacional: “No tengo ningún vínculo con él y el partido no es responsable de sus acciones personales”.

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Nasralla y la Cruzada contra el Nepotismo

Salvador Nasralla, de 72 años, compite por cuarta vez por la presidencia, pero esta vez con números que lo ponen a las puertas del poder. El “Señor de la Televisión” ha capitalizado el descontento popular con una campaña centrada en barrer la corrupción.

Tras romper con la presidenta Xiomara Castro en 2024, Nasralla ha enfocado sus baterías contra lo que llama la “élite familiar” de los Zelaya-Castro. “En mi gobierno no habrá nepotismo. Ni Moncada, ni Castro, ni Zelaya”, proclamó, prometiendo desmantelar el aparato de poder construido por el expresidente Manuel Zelaya. Su promesa de convertir a Honduras en un centro logístico y productivo ha resonado en un electorado cansado de la pobreza.

Foto: Humberto Espinoza

Tensión, Retrasos y Pobreza

El ambiente en las calles, reportado por corresponsales internacionales como Will Grant, reflejó la ansiedad de una nación donde más del 60% de la población vive en pobreza. El retraso del CNE en dar los primeros resultados preliminares (previstos para las 21:00 horas y pospuestos) encendió las alarmas de fraude, un fantasma recurrente en la historia democrática hondureña.

El país votó bajo un estado de excepción vigente desde 2022, con militares patrullando las calles para contener a las pandillas. Mientras Rixi Moncada calificaba las acciones de Trump como “totalmente intervencionistas”, la realidad es que el próximo presidente de Honduras heredará una nación fracturada, dependiente de las remesas y la ayuda estadounidense, y ahora, polarizada entre la derecha tradicional respaldada por Washington y un centro que clama por limpieza institucional.

Con un margen tan estrecho, cada acta cuenta, y Honduras contiene la respiración a la espera de un ganador definitivo.

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