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‘Tank’, el hacker que robó millones y lideró a Evil Corp, rompe el silencio

Vyacheslav Penchukov, alias ‘Tank’, revela desde una prisión en Colorado los secretos del cibercrimen: desde sobornos y ransomware hasta la mentalidad de las bandas que atacan hospitales.

En el Centro Correccional de Englewood, al pie de las Montañas Rocosas, un hombre con una sonrisa pícara y un diccionario ruso-inglés bajo el brazo rompe el silencio. Es Vyacheslav Penchukov, alias ‘Tank’, uno de los hackers más buscados de la historia, líder de bandas infames como Jabber Zeus y IcedID. En una entrevista exclusiva para el podcast Cyber Hack: Evil Corp, el ciberdelincuente ucraniano de 39 años revela, por primera vez, cómo operan las grandes mafias digitales que han robado decenas de millones de dólares en todo el mundo.

Foto: BBC

De los trucos de FIFA 99 al robo bancario masivo

La carrera de Penchukov comenzó en Donetsk, buscando trucos para videojuegos como FIFA 99 y Counter-Strike. De ahí saltó al cibercrimen, liderando el grupo Jabber Zeus a finales de los 2000. Desde una oficina en el centro de la ciudad, su equipo usaba el malware Zeus para vaciar cuentas bancarias de pequeñas empresas, ayuntamientos y organizaciones benéficas en el extranjero.

“Era dinero fácil”, confiesa Penchukov, quien a sus veintitantos años poseía seis autos de lujo, incluyendo un Audi S8 con motor Lamborghini que usó para escapar de la policía en una ocasión. Su caída comenzó cuando el FBI interceptó sus chats y descubrió su identidad por detalles personales sobre el nacimiento de su hija.

El auge del Ransomware: “Ganábamos $200,000 al mes”

Tras años evadiendo la justicia y dedicarse a la venta de carbón, la invasión rusa de Crimea en 2014 y las extorsiones de funcionarios ucranianos lo empujaron de vuelta al delito. Esta vez, apuntó más alto: el ransomware. Se unió a grupos como Maze, Egregor y Conti, atacando corporaciones internacionales.

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“La ciberseguridad había mejorado, pero aun así ganábamos unos $200,000 al mes”, admite. Penchukov revela la mentalidad de “rebaño” de los hackers: cuando se corrió el rumor de que un hospital pagó $20 millones por un rescate, cientos de delincuentes atacaron instituciones médicas sin importarles las vidas en riesgo. Él mismo fue acusado del ataque al Centro Médico de la Universidad de Vermont en 2020, que causó pérdidas por $30 millones, aunque niega ser el autor.

Vínculos con la inteligencia rusa y la traición

Una de las revelaciones más inquietantes es la confirmación de la colaboración entre el cibercrimen y el estado. Al preguntarle si estos grupos colaboran con los servicios de seguridad rusos (FSB), Penchukov se encogió de hombros y respondió: “Por supuesto”.

Sin embargo, en el mundo del hampa digital, la lealtad es frágil. “En el cibercrimen no se puede hacer amigos, porque al día siguiente los arrestarán y se convertirán en informantes”, reflexiona. Penchukov admite que evitó contacto con su antiguo socio, Maksim Yakubets (líder de Evil Corp), tras las sanciones de EE. UU., y señala que la “paranoia” es la única compañera constante del hacker. Hoy, mientras cumple dos condenas de nueve años, su único arrepentimiento parece ser haber confiado demasiado.

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