
La mañana de este miércoles se tiñó de violencia en el norte de Dallas, cuando un individuo armado disparó contra una oficina del ICE. Según la Policía de Dallas, el ataque comenzó desde un edificio adyacente y desencadenó un despliegue masivo de fuerzas de seguridad.
El saldo inicial: una persona muerta en el lugar y dos más trasladadas a hospitales con heridas de bala. Entre las víctimas se encuentran dos inmigrantes detenidos, de acuerdo con fuentes policiales. Ningún agente del ICE resultó herido.
El atacante, cuya identidad aún no ha sido revelada, se quitó la vida con un disparo autoinfligido, confirmó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem.
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Una situación bajo investigación
El FBI y la Policía de Dallas trabajan de forma conjunta en la escena, que permanece acordonada. La subdirectora del ICE, Madison Sheahan, calificó el hecho como una “situación muy cambiante” y aseguró que por ahora se desconocen las motivaciones.
Este episodio ocurre en un clima de creciente hostilidad contra instalaciones migratorias. Apenas en agosto, la misma oficina en Dallas recibió una amenaza de bomba. En julio, otro ataque armado en un centro de detención en Texas dejó un agente herido.
El vicepresidente J.D. Vance y el senador Ted Cruz reaccionaron en redes sociales condenando la violencia y expresando solidaridad con las víctimas.
Contexto y repercusiones
El tiroteo ha reavivado el debate sobre la seguridad en torno a instalaciones federales de inmigración, que en los últimos años han sido blanco de protestas, amenazas y ataques armados.