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Evacuaciones, olas y monitoreo constante: así evoluciona la alerta de tsunami en el Pacífico

Tras el sismo de magnitud 8.8 sacudió la costa de Kamchatka y activó advertencias de tsunami en más de 10 países, incluidos Japón, Chile, México y Estados Unidos.

El megasismo más fuerte en años sacude el Pacífico

Un terremoto de magnitud 8.8 registrado frente a la costa este de Kamchatka, Rusia, provocó este miércoles una serie de alertas por tsunami en diversas regiones del mundo. El movimiento telúrico, que ocurrió a las 11:25 a.m. hora local y a una profundidad de 18 kilómetros, generó olas de entre 3 y 4 metros en zonas costeras rusas y más de un metro en California. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, este es el sexto sismo más potente del que se tiene registro.

Países de América y Asia activan sus protocolos

Ante la amenaza, gobiernos de países como Colombia, Perú, Ecuador, México, Chile, Japón y Estados Unidos activaron alertas y protocolos de evacuación. En Japón, más de 1.9 millones de personas fueron llamadas a evacuar, incluyendo al personal de las centrales nucleares de Fukushima, como medida preventiva. Mientras tanto, en Hawái y las Islas Galápagos, las autoridades optaron por alertas moderadas o cancelaciones tras monitoreo de olas menores.

Kamchatka: daños, evacuaciones y pánico

En la ciudad de Severo-Kurilsk, las olas inundaron parcialmente la zona costera, dejando daños en la infraestructura portuaria y arrastrando embarcaciones. Un jardín infantil también colapsó en Petropávlovsk-Kamchatski, al norte de la región. Aunque se reportaron heridos, ninguno de gravedad. Las autoridades rusas esperan réplicas en los próximos días, ya que la región ha tenido actividad sísmica constante desde el 20 de julio.

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Un fenómeno geológico de alto riesgo

De acuerdo con expertos en geociencias, el terremoto fue causado por el choque entre la placa del Pacífico y la microplaca de Okhotsk, un fenómeno que puede liberar una cantidad de energía suficiente para generar tsunamis masivos. Estas olas pueden desplazarse a más de 800 km/h en mar abierto, casi tan rápido como un avión comercial, y adquirir alturas devastadoras al llegar a la costa.

Preparación evita tragedias mayores

A pesar del miedo y las evacuaciones masivas, el nivel de preparación evitó una catástrofe mayor. En Hawái, por ejemplo, aunque las alertas provocaron caos vial y desabasto de gasolina, todo ocurrió de forma ordenada y sin pánico. “Fue muy angustiante, pero todos cooperaron”, relató una turista a medios internacionales.

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