El mayor canje de guerra hasta ahora; Rusia y Ucrania realizan intercambio de prisioneros de guerra
Ambos países llevaron a cabo este sábado el intercambio más amplio de prisioneros desde que comenzó la invasión rusa a gran escala

En medio del complejo y prolongado conflicto bélico que enfrenta a Rusia y Ucrania desde hace más de tres años, ambos países llevaron a cabo este sábado el intercambio más amplio de prisioneros desde que comenzó la invasión rusa a gran escala. Esta acción coincide con un anuncio significativo del presidente ruso, Vladimir Putin, quien decretó un cese al fuego temporal con motivo de la Pascua Ortodoxa, argumentando razones humanitarias.
De acuerdo con información proporcionada por el Ministerio de Defensa ruso, un total de 246 soldados rusos fueron liberados y retornaron desde territorio controlado por Ucrania. A cambio, Moscú transfirió a 31 prisioneros ucranianos heridos, como parte de lo que describieron como un “gesto de buena voluntad”. A su vez, también se realizó la entrega de 15 soldados rusos que requerían atención médica inmediata.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, confirmó el regreso a casa de 277 combatientes ucranianos que se encontraban en cautiverio ruso, celebrando el hecho como un paso importante en medio de un conflicto que sigue sumando víctimas y tensiones.
Este intercambio humanitario se dio justo cuando el Kremlin anunciaba la entrada en vigor de un alto al fuego temporal, que duraría desde las 6:00 p.m. del sábado hasta la medianoche del domingo, coincidiendo con las celebraciones de Pascua. Putin expresó su esperanza de que las fuerzas ucranianas respeten la tregua, aunque también advirtió a sus tropas que se mantuvieran alertas ante posibles violaciones o provocaciones por parte del enemigo.
Sin embargo, desde el gobierno ucraniano no hubo señales de aceptación del cese al fuego. Zelensky criticó la iniciativa, calificándola como “otro intento de Putin de manipular vidas humanas”, mientras alertas antiaéreas se activaban en varias regiones de Ucrania y drones rusos sobrevolaban el país, evidenciando —según el mandatario ucraniano— la falta de coherencia entre el discurso y las acciones del Kremlin.
En el plano militar, Rusia aseguró haber expulsado a las tropas ucranianas de una de sus últimas posiciones en la región fronteriza de Kursk, donde Ucrania había lanzado una incursión el año anterior. Aunque la información no pudo ser verificada de forma independiente, los informes rusos indicaban que los combates continuaban con intensidad en la aldea de Gornal, a pocos kilómetros al sur de Oleshnya.
Mientras tanto, la Fuerza Aérea ucraniana reportó que, en las primeras horas del sábado, Rusia había lanzado un nuevo ataque con 87 drones, de los cuales 33 fueron interceptados y otros 36 se perdieron debido a interferencias electrónicas. Los drones provocaron incendios en Sumy y afectaron zonas agrícolas en la región de Odesa, aunque sin dejar víctimas, según los servicios de emergencia ucranianos.
Por su parte, las defensas aéreas rusas afirmaron haber derribado dos drones ucranianos, en una jornada marcada por ofensivas cruzadas y una aparente contradicción entre el llamado al cese de hostilidades y la continuación de las acciones militares.
Todo esto ocurre en un momento en que actores internacionales, como el expresidente estadounidense Donald Trump y el secretario de Estado Marco Rubio, han advertido sobre la necesidad de avances concretos en las negociaciones de paz. Trump incluso señaló que las conversaciones entre ambas naciones estaban “llegando a un punto crítico”, en un intento por encontrar una salida diplomática al prolongado conflicto.