El Día de Muertos, una de las celebraciones más representativas de México, ha traspasado fronteras para convertirse en un fenómeno cultural celebrado en diversos países del mundo. Cada año, millones de mexicanos y personas de diferentes nacionalidades rinden homenaje a esta tradición que honra a los seres queridos fallecidos, fusionando símbolos prehispánicos y católicos en altares de colores, ofrendas, y actividades que evocan la vida, la muerte y el recuerdo.
¿Cómo se vive el Día de Muertos fuera de México y qué significa para quienes lo celebran en el extranjero?
La migración y el creciente interés internacional por la cultura mexicana han sido factores clave en la expansión del Día de Muertos. Las comunidades mexicanas en países como Estados Unidos, Canadá, España y Francia han llevado esta tradición consigo, estableciendo altares y celebraciones que hoy en día convocan no solo a mexicanos, sino también a locales que encuentran en esta festividad una oportunidad para reflexionar sobre la muerte desde una perspectiva única.
Desde que la UNESCO declaró al Día de Muertos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2008, la celebración ha cobrado aún más fuerza a nivel global. Esta declaración ayudó a destacar su importancia cultural, contribuyendo a la visibilidad internacional de la festividad y su conservación. Hoy, el Día de Muertos es un tema central en museos, eventos, festivales y centros culturales en diferentes partes del mundo, donde se organizan actividades que van desde la elaboración de altares hasta la danza, el teatro y talleres de arte.
Con una numerosa población de origen mexicano, Estados Unidos es el país donde el Día de Muertos tiene mayor presencia fuera de México. En ciudades como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, las comunidades mexicanas organizan grandes festivales que incluyen desfiles, ofrendas públicas, exhibiciones de arte y conciertos. El Hollywood Forever Cemetery en Los Ángeles, por ejemplo, es famoso por su festival anual del Día de Muertos, donde se instalan altares y se presentan espectáculos de música y danza, atrayendo a miles de personas de todas las edades y nacionalidades.
Estos eventos no solo celebran la tradición mexicana, sino que también permiten a la comunidad migrante honrar a sus seres queridos lejos de casa, creando un sentido de pertenencia y conexión cultural. Además, el interés de otros grupos culturales ha crecido considerablemente, y hoy en día es común ver a personas de diferentes orígenes participando en estas celebraciones, admirando los colores, las calaveras de azúcar y los altares decorados con flores de cempasúchil.
En España, el Día de Muertos ha ganado popularidad y se ha fusionado con el Día de Todos los Santos, una festividad en la que tradicionalmente se honra a los difuntos. En ciudades como Madrid y Barcelona, las celebraciones incluyen la creación de altares y la organización de actividades culturales en museos y centros comunitarios. La Casa de México en España, por ejemplo, organiza anualmente una serie de eventos que incluyen talleres de creación de calaveras de azúcar, altares y espectáculos de danza, que presentan al público español una visión más cercana de esta tradición mexicana.
Muchos españoles encuentran en el Día de Muertos una forma distinta de recordar a los seres queridos, ya que esta celebración pone énfasis en la alegría y en la vida. El respeto y curiosidad por esta festividad han motivado incluso a muchos no mexicanos a instalar pequeños altares en sus hogares como una forma simbólica de recordar a familiares o amigos fallecidos.
En Francia, especialmente en París, el Día de Muertos se celebra en espacios culturales, galerías de arte y universidades, donde se realizan exhibiciones y altares comunitarios. En el Instituto Cultural de México, en París, se erige un altar de muertos cada año, invitando al público a conocer más sobre esta tradición. Las actividades incluyen proyecciones de cine mexicano, degustaciones de pan de muerto y talleres para aprender sobre la historia y el simbolismo de esta festividad.
El Día de Muertos en Francia ha captado la atención del público por la fascinación que existe en la cultura francesa por los temas de la muerte y el arte. Artistas locales y mexicanos colaboran en exposiciones que exploran la estética del Día de Muertos y la figura de la Catrina, la famosa representación de la muerte creada por José Guadalupe Posada.
En Canadá, ciudades como Vancouver y Toronto celebran el Día de Muertos con festivales que involucran a la comunidad mexicana y al público canadiense. Los eventos organizados por asociaciones culturales mexicanas suelen incluir altares comunitarios, desfiles y ferias culturales donde se comparten platillos típicos como el pan de muerto y el atole.
Los festivales canadienses también han adoptado aspectos de la festividad que resuenan con su enfoque multicultural, permitiendo que personas de otros orígenes celebren y participen en la construcción de altares. Para los mexicanos en Canadá, esta festividad ofrece un espacio de nostalgia y alegría, uniendo a las familias en torno al recuerdo de sus seres queridos.
En los últimos años, el Día de Muertos ha comenzado a celebrarse en lugares tan distantes como Australia y Japón, donde el interés por la cultura mexicana está en crecimiento. En Sídney y Melbourne, por ejemplo, se llevan a cabo eventos organizados por mexicanos, residentes y entusiastas de la cultura, que incluyen exposiciones de arte, talleres y altares. Estos eventos no solo son una ventana a la cultura mexicana, sino también una oportunidad para que los mexicanos expatriados recuerden sus raíces.
En Japón, el Día de Muertos ha generado interés en eventos culturales y centros comunitarios, donde se enseña sobre la tradición a través de exposiciones y charlas. La influencia del cine y la animación han jugado un papel importante, especialmente después del éxito de películas como Coco, que han despertado la curiosidad de los japoneses por esta festividad y su simbología.
A medida que el Día de Muertos se celebra en más países, se adapta y evoluciona, manteniendo sus valores centrales: el respeto a la vida, la muerte y la memoria de quienes han partido. Para las comunidades mexicanas en el extranjero, la celebración es una manera de recordar sus raíces, de unir a la familia y de compartir con otros una perspectiva única sobre la vida y la muerte. Para quienes no son mexicanos, el Día de Muertos representa una oportunidad de conocer y participar en una tradición rica y significativa.
Más que una fiesta, el Día de Muertos es una celebración de la vida que nos invita a reflexionar sobre el ciclo de la existencia y la importancia de recordar a quienes amamos. En un mundo globalizado, esta tradición mexicana sigue conquistando corazones, mostrando que el respeto y el amor hacia los difuntos son valores universales que resuenan en todos los rincones del planeta.