Kebab: tradición milenaria que conquista el paladar con especias y fuego
De Medio Oriente al mundo: el kebab es más que carne a la parrilla, es una experiencia sensorial forjada en la historia, el sabor y la cultura.

El kebab, símbolo culinario del Medio Oriente, destaca por su sabor inconfundible gracias a su carne marinada, especias y técnicas ancestrales de cocción. Su historia milenaria y su versatilidad lo han llevado a ser un platillo internacional que hoy se adapta a diversos gustos.
Qué es el kebab y por qué conquista a tantos?
El kebab es un platillo que combina carne, especias y fuego en una receta que ha sobrevivido siglos. Aunque sus versiones varían de un país a otro, la esencia es la misma: carne marinada y cocida con esmero, ya sea en brochetas, asadores verticales o en forma de albóndigas. Se puede preparar con cordero, pollo, ternera, pescado o incluso verduras, lo que lo convierte en un platillo adaptable a casi cualquier dieta.
Raíces históricas de una delicia mundial
El término “kebab” proviene del árabe kabāb y significa “carne asada”. Su origen se remonta a las civilizaciones del Medio Oriente, donde cocinar al fuego era tanto una necesidad como una tradición. Leyendas indican que los soldados turcos cocinaban carne ensartada en sus espadas durante las batallas, dando pie a la técnica actual de las brochetas. Con el tiempo, esta receta viajó a Irán, Turquía, India y otras partes del mundo, adoptando nuevos ingredientes y sabores.
Ingredientes clave: el alma del kebab
Todo kebab comienza con una elección fundamental: la carne. El cordero es la base tradicional, pero las versiones con pollo o ternera también son comunes. Lo que realmente define su sabor son las especias: comino, cilantro, pimentón, cúrcuma y pimienta negra, entre otras. Estas se mezclan con aceite, yogur o vinagre para crear un marinado que infunde a la carne un sabor profundo y característico.
La cocción es todo un ritual. A la parrilla, al horno o frito, el kebab requiere precisión para mantener la carne jugosa. Las salsas, como el clásico tzatziki, la tahini o la de ajo, completan la experiencia con un toque de frescura y cremosidad.
Con el paso de los siglos, el kebab ha pasado de ser una receta del desierto a formar parte del menú global. Cada país ha adoptado su versión: doner kebab en Turquía, seekh kebab en la India o shish kebab en el Mediterráneo. En todos los casos, conserva su esencia: sabor, tradición y pasión por la carne bien cocida.