La Cueva de las Sardinas Ciegas, un ritual ancestral que da vida a la selva tabasqueña
La tradición, reconocida como Patrimonio Cultural Intangible de Tabasco, consiste en la pesca ritual de pequeñas sardinas que viven en las aguas sulfurosas del lugar.

En el corazón de la sierra de Tacotalpa, dentro del Parque Ecoturístico Villa Luz, se encuentra la Cueva de las Sardinas Ciegas, uno de los tesoros naturales y culturales más singulares de Tabasco. Este sitio no solo destaca por su belleza geológica, sino por la ceremonia ancestral que cada Semana Santa atrae a habitantes y visitantes de todo el estado.

La tradición, reconocida como Patrimonio Cultural Intangible de Tabasco, consiste en la pesca ritual de pequeñas sardinas que viven en las aguas sulfurosas del lugar. Según la creencia popular, la abundancia de peces durante la ceremonia augura prosperidad y buenas cosechas para la comunidad.
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El evento inicia con música, danzas y ofrendas que combinan elementos prehispánicos y religiosos, reflejando la profunda conexión espiritual del pueblo con la naturaleza. Los participantes ingresan a la cueva iluminados por antorchas, mientras las familias esperan afuera entre cantos y rezos, creando un ambiente místico que envuelve a todo el paraje.

Rodeada de cascadas, pozas turquesas y vegetación exuberante, la Cueva de las Sardinas Ciegas ofrece una experiencia única que fusiona tradición, naturaleza y fe. Es un rincón donde el tiempo parece detenerse, y donde la identidad tabasqueña late con fuerza entre las piedras y el murmullo del agua.







