La danza del pochó: herencia viva del carnaval en Tenosique, Tabasco
Una tradición prehispánica que se reinventa cada año para celebrar el carnaval más singular del sureste mexicano

La danza del pochó es una manifestación cultural única de Tenosique, Tabasco, que fusiona tradición maya, rituales coloniales y un fuerte sentido de identidad local, convirtiendo el carnaval en una experiencia inigualable de raíces profundas.
Tenosique conserva una de las expresiones culturales más antiguas de Tabasco: la danza del pochó. Con raíces que se remontan a tiempos precolombinos, esta celebración ha sobrevivido al paso de los siglos, fusionando elementos indígenas y coloniales para dar vida a un espectáculo único en el carnaval.
El origen y el simbolismo del pochó
El carnaval de Tenosique, Tabasco, inicia cada 19 de enero y se extiende hasta el martes de carnaval, presentando durante este periodo una danza ancestral conocida como el pochó, cuyo nombre proviene del vocabulario maya y fue registrado por Juan Pío Pérez en el siglo XIX. Originalmente descrita como un “baile vedado”, esta danza ritual posee fuertes componentes prehispánicos, transformados con el paso del tiempo e influenciados por la colonización española y el redescubrimiento arqueológico de la cultura maya, especialmente en Palenque.
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Los personajes que dan vida a la danza
El pochó gira en torno a tres personajes principales:
El cojó, figura masculina y enmascarada, llama la atención con su vestuario elaborado con hojas de plátano, costal de henequén y una máscara de madera, además de una sonaja larga llamada chikish, con la que interactúa lúdicamente con el público.
La pochovera, versión femenina, es silenciosa y recatada. Viste falda floreada, blusa blanca y un paliacate rojo, con sombrero adornado.
El tigre, o jaguar, representa al felino sagrado de la cosmovisión maya. Su cuerpo pintado con arcilla y manchas negras remite a antiguas representaciones mayas; porta además una piel (real o sintética) y flores colgantes en la frente.
El ritual y su calendario festivo
El carnaval se celebra durante tres a seis semanas, dependiendo del calendario religioso, con danzas que se realizan cada domingo, el 2 de febrero (sin importar el día de la semana) y los días finales del carnaval. Aunque antes la danza se hacía en casas, actualmente se representa en las calles del pueblo, de 9 a.m. a 3 p.m., en estaciones donde los danzantes repiten una misma secuencia.
La estructura de la danza no cambia: cojoes y pochoveras giran en círculos concéntricos en direcciones opuestas, mientras los tigres permanecen al centro, sin seguir una coreografía específica. El ritmo lo marcan un tamborilero, un pitero y un capitán civil que guía el ritual.