De la oscuridad de las letras a la luz del conocimiento

En el corazón del poblado Barrio Pobre de Libertad, en el municipio de Cunduacán, late un espíritu incansable de superación. Aquí, cada amanecer es una oportunidad para que sus habitantes tejen un futuro mejor, no solo para ellos mismos, sino para sus familias y toda la comunidad.

En este lienzo de esfuerzos, la historia de María Fernanda Ramírez Hernández brilla con luz propia, una muestra palpable de cómo la determinación puede transformar vidas.

De no conocer una sola letra, hoy María Fernanda se alza como un testimonio viviente de alfabetización, gracias al apoyo invaluable y gratuito del Instituto de Educación para Adultos de Tabasco (IEAT).

Su voz, llena de emoción y gratitud, resuena como un eco de esperanza para muchos: “Vine a presentar un examen, yo no sabía leer ni escribir, les invito a ustedes jóvenes, yo pude y ustedes también, asistan a este programa”.

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Con estas palabras, María Fernanda extiende una invitación sincera a todos aquellos que, como ella, anhelan romper las barreras del analfabetismo.

Tras meses de asesorías y dedicación, este fin de semana marcó un hito en su vida al presentar el examen del módulo educativo “Nombrando y Contando al Mundo”, un paso crucial para obtener su constancia de alfabetización.

María Fernanda relata con entusiasmo cómo las asesorías del IEAT fueron clave en su proceso. Cada sesión, puntual y didáctica, le permitió desentrañar el misterio de las palabras, plasmarlas en el papel y abrirse paso hacia un universo de posibilidades.

“Recibí mis asesorías de manera puntual, con el apoyo de los integrantes del IEAT, quienes me brindaron los temas de forma clara”, afirmó.

Ahora, con su constancia de alfabetización en mano, está lista para emprender un nuevo viaje, uno que la llevará a iniciar su educación primaria, demostrando que la sed de conocimiento no tiene edad ni límites.