
Los minutos y hasta horas que pude pasar una persona en el tráfico, aceleran la aparición de estrés.
La psicóloga clínica, Issa Sole Vázquez Valdéz, señaló que se trata de una reacción psicofisiológica que involucra la parte cognitiva y expresión corporal de las emociones. “Generalmente asociado a situaciones de las que perdemos control y sentimos que no podemos solucionar lo que tenemos en mente; empieza uno a tener sudoración, pensamientos catastróficos de llegaré tarde, me van a descontar el día, situaciones asociadas con cómo solucionar una situación que se sale de nuestras manos”, explicó.

Ante conflictos viales que se presentan en la ciudad y el tiempo que la persona pierde en el tráfico, es común que se presenten los primeros síntomas de estrés. Y aunque éste es necesario para la vida, pues se convierte en “la energía para solucionar asuntos”, es bueno prestar atención y propiciar cambios, antes que se convierta en un trastorno ansioso depresivo, que ya es un problema de salud mental.
“Cuando esto se acompaña de muchos malos hábitos y pensamientos amenazantes y empiezan a anular situaciones de su vida, como lamentaciones o nula confianza en sí mismo, hay que tomar medidas. Cuando todo lo que nos decimos nos paraliza y se acompaña de malestares físicos como problemas para dormir, ahí se vuelve dañino”, apuntó Vázquez Valdéz.

Sostuvo que el estrés no es una enfermedad sino una reacción del organismo. No obstante -insistió- cuando afecta la vida y limita, se vuelve patológico: ya no duermen, las relaciones familiares son afectadas, aumenta el consumo de alcohol; y es aquí cuando hay que buscar ayuda profesional.
La especialista destacó que, ante los primeros síntomas de estrés, es importante que la persona evalúe su “tren de vida” para hacer los cambios necesarios: comer saludablemente, dormir ocho horas, pasar tiempo de calidad con la familia, hacer ejercicio y tener algún pasatiempo.

“Cuidar cuerpo, mente y espíritu. Hacer cosas que son vitamina y ayudan a compensar los síntomas de estrés”, recalcó.
Lamentó que, con la modernidad, haya poco tiempo para cuidar de uno mismo, pues es común compartir la vida en redes sociales, pero no se disfruta la realidad.