La tierra va a girar más rápido: julio y agosto de 2025 traerán los días más breves del año

Aunque el acortamiento del tiempo, que será de ‑1.30 ms, ‑1.38 ms y ‑1.51 ms, respectivamente, es casi imperceptible para la vida cotidiana, los sistemas que dependen de sincronización atómica —satélites, bolsas de valores y redes de telecomunicaciones— ya afinan sus relojes.
Tres fechas para marcar en el calendario
- 9 de julio: predicción de ‑1.30 ms en la longitud del día (LOD).
- 22 de julio: ‑1.38 ms, segundo recorte previsto del mes.
- 5 de agosto: ‑1.51 ms; podría ser la jornada más corta de 2025.
Estas fechas coinciden con momentos en que la Luna se sitúa lejos del ecuador terrestre, un factor que acelera ligeramente la rotación.
¿Qué está pasando dentro del planeta?
Los geofísicos señalan varias causas probables:
- Dinámica del núcleo externo y su interacción con el manto.
- Redistribución de masas por deshielo polar y cambios en los océanos.
- Variaciones atmosféricas de gran escala.
Sin embargo, el fenómeno sigue siendo enigmático. “Nobody expected this”, admite el experto Leonid Zotov, al subrayar que ni los modelos oceánicos ni atmosféricos explican del todo la aceleración.
¿Habrá que borrar un segundo?
Los relojes atómicos comparan el Tiempo Universal Coordinado (UTC) con el movimiento real de la Tierra (UT1). Si la diferencia alcanza ±0.9 s, el IERS puede ordenar un “segundo intercalar”. Hasta ahora siempre se ha añadido, pero 2025 reabre la posibilidad de restar un segundo por primera vez, algo que exige actualizar sistemas críticos y software de manera global.
Contexto histórico
Desde 2020 la Tierra viene encadenando récords de días breves; el último, el 5 de julio de 2024 (‑1.66 ms), sigue en la cima. Las proyecciones de este verano podrían acercarse, pero no superar, aquella marca.
Impacto práctico
- Navegación y geolocalización: La precisión de GPS y sistemas GNSS depende de la alineación exacta entre UTC y UT1.
- Finanzas electrónicas: Algoritmos bursátiles necesitan sellos temporales a la millonésima de segundo para evitar discrepancias de orden en operaciones.
- Redes y telecomunicaciones: Protocolos como NTP y PTP ya contemplan saltos de segundo, pero un segundo “negativo” requiere revisiones de código.
Aunque el ciudadano común no percibirá el cambio, la ingeniería del tiempo demuestra, una vez más, que nuestro planeta no es un cronómetro perfecto.