Busca México consolidarse como potencia deportiva en los Panamericanos
México se prepara para participar en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile con el objetivo principal de consolidarse como una potencia deportiva entre los 41 países participantes. Después de superar desavenencias y con el aporte económico del Gobierno, se ha logrado restablecer la armonía en el equipo, firmándose la paz con el Comité Olímpico Mexicano.
Hace cuatro años, en los Panamericanos de Lima, México vivió una de sus mejores actuaciones históricas al finalizar en el tercer lugar, detrás de Estados Unidos y Brasil, y por delante de Canadá.
Ahora, con una delegación de 640 competidores, incluyendo varios medallistas olímpicos y mundiales, el equipo está en condiciones de superar las 35 medallas de oro, lo que le permitiría conservar su tercer lugar.
El subcampeón olímpico de saltos, Fernando Platas, quien lidera la delegación, expresó optimismo al afirmar: “Más que en el número de medallas de oro, a veces es relativo; tenemos con qué para defender el tercer lugar. Además, no hay que perder de vista que vamos por más de 30 pases a Juegos Olímpicos; estamos optimistas”.
Estos Juegos Panamericanos marcan un cambio generacional para México, con la retirada de figuras destacadas como María Espinoza, Paola Espinosa y Horacio Nava.
Sin embargo, Platas destacó la combinación de jóvenes talentosos con veteranos experimentados en la delegación.
Los Juegos serán un termómetro para evaluar qué países han logrado ajustarse mejor en esta temporada atípica, con juegos regionales y continentales en el mismo año, junto con los Campeonatos Mundiales.
En este contexto, los deportistas mexicanos han tenido que prepararse en dos o tres ocasiones en la temporada, y los Panamericanos de Santiago serán un indicador clave.
Fue destacado el agradecimiento de la presidenta del Comité Olímpico Mexicano, María José Alcalá, a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deportes y a su presidenta Ana Guevara por el respaldo a los atletas para los Panamericanos.
Este gesto es especialmente significativo dado el previo conflicto entre las dos mujeres que lideran el deporte olímpico mexicano, el cual ahora ha sido superado, celebrándose la paz entre ellas y siendo motivo de alegría para los deportistas.