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El ajonjolí: tesoro nutricional arraigado en la cocina mexicana

En la rica paleta de ingredientes que enriquecen la gastronomía mexicana, el ajonjolí destaca como un pequeño tesoro nutricional con siglos de presencia en la cultura y la cocina del país. Conocido también como “sésamo”, este ingrediente versátil ha encontrado su lugar en una amplia variedad de platillos, desde salsas y aderezos hasta postres y panes.

El ajonjolí, con sus diminutas semillas de color dorado, es apreciado por su versatilidad y propiedades nutritivas. Originario de la India y traído a América por africanos que lo llamaban “semilla de benne”, el ajonjolí se ha convertido en un elemento esencial en la cocina mexicana. Su cultivo, que no exige condiciones específicas de clima y suelo, se ha convertido en una fuente importante de empleos e ingresos.

Este pequeño, pero poderoso ingrediente aporta diversos beneficios para la salud:

  1. Nutrientes esenciales: Rico en calcio, hierro, magnesio y zinc, el ajonjolí contribuye al funcionamiento adecuado del cuerpo.
  2. Ácidos grasos Omega-3 y Omega-6: Ayuda a mantener un corazón saludable y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  3. Proteínas importantes: Aunque en menor cantidad que algunos alimentos, el ajonjolí aporta proteínas esenciales, especialmente para dietas vegetarianas o veganas.
  4. Antioxidantes: Las semillas de ajonjolí contienen antioxidantes que combaten el estrés oxidativo, ayudando en la prevención de enfermedades crónicas.

México se destaca como uno de los principales productores de ajonjolí a nivel mundial, con estados como Sinaloa, Guerrero y Michoacán siendo reconocidos por cosechas de alta calidad. Además de abastecer la demanda interna, la producción mexicana contribuye significativamente a la exportación, llevando consigo la esencia nutricional y el sabor único del ajonjolí a los mercados internacionales.

El ajonjolí no es simplemente un ingrediente en la cocina mexicana; es un tesoro nutricional que ha iluminado la mesa del país a lo largo de los siglos, contribuyendo no solo a la salud, sino también a la riqueza cultural y culinaria de México.

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