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Violencia familiar aumenta en Tabasco, a pesar de la disminución de otros delitos

La violencia familiar fue el único de los delitos de alto impacto social que no disminuyó en Tabasco durante el año 2023, en comparación con 2018.

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2023 se registraron 7 mil 514 casos de violencia familiar en la entidad, lo que representa un aumento del 16.53 por ciento respecto al año anterior.

En contraste, se registraron disminuciones significativas en otros delitos de alto impacto social, como el secuestro (88.34%), el robo a transeúnte (85.03%), el abigeato (76.50%), el robo a comercio (77.66%), el robo de automóviles (77.20%), la extorsión (69.18%), el feminicidio (55%), el homicidio doloso (53.93%), el robo a casa habitación (53.37%), el robo de motocicletas (53.13%) y la violación (-7.10%).

En general, la Fiscalía General del Estado (FGE) recibió 43 mil 991 denuncias de todos los delitos en 2023, una reducción del 3 por ciento respecto del año anterior.

Estas cifras reflejan la tendencia a la baja en la incidencia delictiva que se ha registrado en Tabasco en los últimos años, aunque es importante señalar que la violencia familiar es un problema que sigue afectando a la población, especialmente a las mujeres y los niños.

En tanto, la Secretaría de Salud de Tabasco reportó que, de enero a septiembre de 2023, brindó atención psicológica a más de 6 mil personas víctimas de violencia, siendo Centro el municipio con el mayor número de casos, con 2 mil 734.

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De acuerdo con los datos del quinto informe de gobierno, Comalcalco y Cunduacán están en segundo lugar con 528 y 490 casos respectivamente. Además, son las mujeres las principales víctimas, con el 80% de los casos.

La Secretaría de Salud también reportó más de 50 mil atenciones por prevención de males y trastornos mentales, así como casi 2 mil casos positivos a intenciones de suicidio en los 17 municipios.

No podemos ser ajenos a la violencia*

Yrasema del Carmen Olán Rodríguez, presidenta de la Fundación Gayra, del municipio de Centla, dijo que “muchas personas creemos que somos ajenos a esa violencia, pero realmente es algo que impacta a toda la sociedad”.

Añadió que las comunidades más apartadas, especialmente las indígenas, no tienen acceso a la información y los programas tendientes a la prevención de la violencia contra las mujeres.

Dijo que eso desata otro tiempo de violencia: “por ejemplo, una mujer que necesita atención médica, que no encuentra ni doctor, que tiene que viajar para recibir la atención y que ni siquiera tiene para el pasaje”.

Señaló que se requiere ofrecer oportunidades a las víctimas, que no denuncian por el temor de no tener quien les provea o porque creen que no van a poder solas.

“Hay que acercarles las instituciones para que pueda empoderarse y salir adelante”, dijo.

Por: Georgina Rodríguez

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