“No hay nada más fuerte en el mundo, que el corazón de un voluntario” así es como lo define Arturo de Jesús Gómez Domínguez, quien a sus 21 años, ha puesto su propia vida en peligro por ayudar a quien más lo necesita, detrás del volante de una ambulancia o de un camión contra incendios.
Estudiante de ingeniería, en el Instituto Tecnológico de la Chontalpa, voluntario por herencia de su padre, quien por muchos años se desempeñó como traga humo, en el heroico cuerpo de Bomberos del Estado de Tabasco.
Ser voluntario, no es un pasatiempo o una etapa en la vida, ya que, con el paso de los años por medio de otros cuerpos de rescate en sus diferentes especialidades, se ha topado con elementos que llevan toda una vida prestando servicios a quien se encuentra en desgracia y así como su padre le transmitió desde pequeño la pasión de ayudar a los demás, estos igual han transmitido esta pasión a nuevas generaciones.
Como voluntario activo lleva ya más de 7 años de servicios en diferentes agrupaciones, en donde además de ser paramédico, bombero, rescatista, brigadista, también se ha convertido en un gran amigo e hijo, pues el hecho de ser voluntario, no significa que deje a un lado los pilares de todo individuo como lo es el seno familiar, quien para el afortunadamente ha logrado desde que comenzó a perseguir sus sueños hasta lograr cumplirlos y prestar sus servicios por amor a los demás.
A pesar de su corta edad, la satisfacción más grande que ha llegado a sentir no es el salvar una vida que se encuentra en desgracia, sino al contrario lograr llegar a diversas personas infundiendo una cultura de prevención, pues como paramédico no solo se deben de atender accidentes o pacientes que requieran de alguna atención prehospitalaria, si no se debe de difundir una cultura de prevención que lamentablemente en nuestra entidad cada día parece quedar en el olvido.
Como voluntario de los diferentes cuerpos de emergencia ha logrado tener no solo el contacto con personas que se encuentran en desgracia, sino también con la fauna exótica que tenemos en nuestra entidad, ya que también le ha tocado prestarles ayuda a diferentes animales que por salirse de su habitad natural o por ser dejados abandonados luego de haber estado en cautiverio pues era una mascota, los han tenido que auxiliar.
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Actualmente forma orgullosamente parte del cuerpo de voluntarios de rescate en el cuerpo de Protección Civil del Municipio de Centro, en donde con orgullo sigue los pasos de su papá que comenzó a caminar hace 30 años y espera que en futuro si Dios se lo permite poder transmitir ese amor de servicio voluntario a sus hijos, como lo ha logrado contagiar a muchos amigos y conocidos, quienes poco a poco han logrado forjar un corazón de voluntario al servicio de los demás sin esperar nada a cambio.
