El Xantolo, fiesta de los espíritus, llegó a Villahermosa, para rendir honor a los fieles difuntos
La fiesta de los muertos en la huasteca potosina fue el tema que este año, motivó a la elaboración de un gran altar en el Recinto Memorial. Los visitantes al cementerio jardín, pudieron conocer más sobre cómo se vive allá, la tradición del Día de Muertos.
Entre velas, flores de cempasúchil y flores, destacaron figuras de tamaño natural, ataviadas con los trajes típicos de San Luis Potosí, lugar de origen del Xantolo.
La huasteca se representó con una falda blanca o negra, centímetros debajo de la rodilla; una blusa abullonada de cuello alto y encima el “quechquémitl”, un tipo de poncho que lleva tejidos de estambre con punto de cruz, con colores: rosado, rojo, anaranjado y verde. El tocado o “petop” fue elaborado con madejas de estambre.
También se exhibió el traje típico masculino: sobrio conjunto blanco de camisa y pantalón; se agregó un pañuelo, sombrero y huaraches.
El altar que trasladó la fiesta del Xantolo a Villahermosa se enmarcó por una muestra de la gastronomía de San Luis Potosí. Un “zacahuil” o tamal gigante, preparado con maíz, salsa de chiles, especias y carne de cerdo, fue el antojo de visitantes en el Día de Muertos.
Frutas de temporada y otras ofrendas, destacaron en el colorido altar, que se ubicó a la entrada del Recinto Memorial y permitió a más de uno, conocer más sobre la cultura mexicana.
Año con año, en este cementerio jardín se hace un gran altar dedicado a algún estado de la república. Debido a las restricciones por la pandemia de COVID-19 se suspendió esta tradición, pero ante la nueva normalidad, hubo la oportunidad de retomar las actividades y continuar el legado con esta celebración de origen prehispánico, para honrar a los difuntos.
Así, en este Día de Muertos, el Recinto Memorial abrió sus puertas a miles de visitantes, con quienes compartió la tradición del Xantolo, fiesta de los espíritus, a través del gran altar exhibido a la entrada del camposanto.